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TRES INSTRUCCIONES DEL BEATO
EN LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES
DE 1875 EN LANZO
A) Sobre la VOCACION
La palabra vocación, en su sentido literal,
quiere decir llamada. Está en primer lugar la gran
llamada que todos hemos recibido a la religión
cristiana. íCuántos no tuvieron este beneficio!
íCuántos nacen en la herejía! íNosotros, no! Dios
nos ha hecho esta gracia con preferencia a
centenares de millones de hombres que nacieron en
países de infieles. Pero no hablo ahora de esta
vocación; hablo de otra. Esta palabra se emplea
para indicar especialmente la llamada que el Señor
hace a cada uno con respecto a la elección de
estado. Presentadme, pues, un joven que, llegado a
la edad de la discreción, quiere decidirse por el
estado que debe tomar y encuentra ante sí muchos
caminos. El Señor llama a ese joven para que vaya
a El, a través de uno de esos caminos.
Esta llamada que hace a cada uno el Señor, para
que le sirva de una manera mejor que de otra, es
lo que propiamente se llama vocación. >>Y es de
mucha importancia procurar conocer la propia
vocación? >>Cómo hacer para lograrlo? >>Y de qué
medios nos valdremos para conservarla?
Hoy trataremos el primer punto, y otros días,
los demás.
Ante todo oigamos a San Pablo, que nos dice:
Satagite (Preocupaos).
Dos grandes grupos comprenden estos caminos: el
de los que quieren servir a Dios en el estado
seglar y el de los llamados a servirle en el
estado eclesiástico o religioso.
Para conocer si uno está llamado para vivir en
el siglo, yo le diría:
-Tú >>te sientes inclinado al comercio, a los
trabajos, a los negocios?
-Yo sí, siento propensión a estas cosas.
-Pero, >>no te gustaría servir a Dios como
sacerdote? >>No te gustan las funciones de
iglesia? >>No te sientes inclinado a ello?
-No, no siento ninguna inclinación a ello.
((**It11.574**)) ->>No
te parece que, viviendo retirado, llevarías una
vida mejor; que, en cambio, continuando así, te
encuentras expuesto a mil peligros, y hasta a
diversas caídas?
-Sí, eso es verdad.
-Entonces aquí empieza uno a dudar, pero aún no
basta. Tengo todavía otra pregunta que hacer antes
de decirte que puedes estar tranquilo en tu estado
laical. >>Has hecho ya lo que dice san Pablo:
Satagite, fratres, ut per bona opera vocationem et
electionem vestram certiorem faciatis? Esto es,
>>te has empeñado en conocer tu vocación con la
oración, la frecuencia de los Sacramentos y las
buenas obras? Porque non in commotione Dominus (no
está el Señor en la conmoción). Si aún no has
hecho nada de esto, >>cómo quiere que el Señor
haya podido hacerte oír su voz?
Una vez que uno sabe que no está llamado al
estado eclesiástico o religioso, entonces resulta
poco importante ser carpintero, herrero, zapatero,
sastre, empleado o negociante.
Pero oigamos a otro que dice:
-Yo quisiera saber si tengo vocación para cura
o para religioso.
->>Tú sientes deseo o inclinación de ser cura o
religioso?
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