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SEGUNDO PROGRAMA PARA LA ASOCIACION
DE OBRAS BUENAS O SEA
PARA LOS COOPERADORES SALESIANOS
ASOCIACION DE OBRAS BUENAS
1. Unión Cristiana del bien
obrar
Esta asociación se titula Unión Cristiana o de
obras buenas porque tiene por fin asociar a todos
los buenos para que unan todas sus fuerzas
ayudándose mutuamente al bien obrar.
((**It11.536**)) Este
es el ejemplo que nos dejaron los fieles de la
Iglesia primitiva. A la vista de los graves
peligros que cada día les acechaban, sin
desalentarse uníanse en un solo corazón y en un
sola alma para animarse a permanecer firmes en la
fe y superar los continuos asaltos con que estaban
amenazados. Este es también el aviso del Señor que
dice: Si las fuerzas débiles se unen, se hacen más
fuertes, y si una cuerdecilla se rompe fácilmente,
es mucho más difícil romper tres unidas: vis unita
fortior, funiculus triplex difficile rumpitur.
Esto hacen los hombres del siglo en sus negocios
temporales. >>Y van a ser los hijos de la luz
menos prudentes que los de las tinieblas? No,
ciertamente. Nosotros los cristianos debemos
también unirnos en estos tiempos difíciles,
unirnos en el espíritu de oración, de caridad y de
celo, valiéndonos de todos los medios que la
religión nos suministra para remediar los males
que hoy día, en todo momento, pueden poner en
peligro el importante negocio de nuestra eterna
salvación. Como vínculo estable de unión se
propone asociarse a la Congregación de san
Francisco de Sales.
II. Congregación Salesiana
Esta Congregación fue aprobada definitivamente
por la Santa Iglesia el 3 de abril de 1874. El fin
principal de sus miembros es trabajar en favor del
prójimo en general y especialmente de la juventud.
Si bien ha crecido su número considerablemente,
sin embargo no pueden atender más que en una
mínima parte a la necesidad y a las continuas
llamadas que se les hacen. Desde distintos pueblos
de Italia y diversas partes de Europa: de China,
de Australia, de América, y señaladamente de la
República Argentina, reclamaron operarios
evangélicos para abrir casas religiosas o colegios
para la educación de los muchachos e iniciar o, al
menos mantener, misiones, que incesantemente
solicitan la llegada de operarios evangélicos.
Los pobres Salesianos no pueden acudir a tantas
necesidades y por esto, mientras hacen todo lo que
pueden por su parte, se dirigen a cuantos aman a
nuestra santa religión católica y la salvación de
las almas y les invitan, más aún, les ruegan por
amor de Nuestro Señor Jesucristo que les echen una
mano y cooperen con ellos en las obras especiales
de caridad, que constituyen la finalidad de esta
Congregación.
Multiplicados así los brazos, se espera que se
pueda extender el cultivo de una mies más extensa
y abundante y, por tanto, producir un fruto mayor
para gloria de Dios y bien de las almas.
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