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Pero entonces ya se estaba edificando la
iglesia, a pesar de los valdenses.
También se preocupó del Beato el periódico
liberal Opinione, órgano del partido en el poder.
Había aparecido en Florencia el año 1859, se
trasladó a Roma después del asalto a Puerta Pía, y
fue uno de los diarios que más influyeron en el
mundo político de entonces. Habló de don Bosco con
perversidad, pero de modo algo comprometedor.
Baste decir que se entremetió en las relaciones
entre el Siervo de Dios y el Arzobispo de Turín, y
no precisamente para dar la razón a éste último.
En su número doscientos sesenta y uno, del 5 de
octubre, apareció una comunicación procedente de
Turín, titulada <>.
Decíanse en ella cosas muy ciertas y honrosas
sobre el Beato: <>El hecho es que en aquellas latitudes...
pidiéronle a don Bosco que fundara dos institutos
de enseñanza católica, dotándolos de programas y
maestros. Don Bosco aceptó el encargo y en el
momento en que escribo, está en marcha la mayor
parte del proyecto>>.
Y después, en razón de agnosticismo ecléctico,
o mejor, confusionismo propio de los liberales,
continuaba: <> al corresponsal en
jefe de los pietistas alemanes, cuyo elogio teje,
para concluir que <>. En efecto,
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autoridad oficial, sin más ayuda que las limosnas
privadas, el turinés levantó iglesias, abrió
escuelas, fundó hospicios, seminarios y colegios.
La iglesia, el hospicio y la escuela de Valdocco,
costaron ellos solos mucho más de un millón. Me
dijeron que los alumnos que asisten a las escuelas
e institutos de don Bosco llegan a ocho mil. La
cifra es quizás exagerada; pero, es cierto que el
número de alumnos es muy considerable. Y don Bosco
no está al fin de su carrera>>.
El corresponsal no se ilusiona creyendo que
trata con uno de aquellos curas liberales,
poquitos en verdad, que eran llevados en palmas
por el liberalismo y empleados como auxiliares
preciosos en su guerra sorda y obstinada contra el
Papa. <>.
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