((**Es11.391**)
de Todos los Santos se celebra la fiesta de todos
vuestros nombres. Por tanto debéis prepararos para
hacerla bien. íAh, cuántos jóvenes están ya en el
cielo porque se hicieron santos, y eran de carne y
hueso como nosotros! Más aún: ícuántos jóvenes
están ya en el cielo, los cuales no sólo eran
hombres como nosotros ((**It11.461**)) sino
que, además, vivían en la misma casa en que vivís
vosotros, se paseaban bajo estos pórticos, rezaban
en esta iglesia y estaban sujetos a los mismos
reglamentos y a los mismísimos superiores! Ellos
se hicieron santos y ahora están en el paraíso,
como tenemos confianza plena de esperar que haya
sucedido a Domingo Savio, a Magone, a Besucco y a
muchos otros. Por consiguiente, debemos decir
nosotros: Si isti et illi, cur non ego? (Si éstos
y aquéllos, >>por qué yo no?). Si ellos lograron
ser tan buenos, estando en las mismas
circunstancias que nosotros, >>por qué no lo
podemos hacer también nosotros? Animémonos,
queridos hijos míos, animémonos mucho a caminar
por el sendero de la salvación; y si nos toca
padecer algo, pasar frío o calor, soportar
enfermedades o cualquier otra cosa, o bien, si
tenéis que violentaros para obedecer, estudiar o
dominar vuestro carácter, hacedlo con valor,
hacedlo con gusto, porque, en compensación del
trabajo sufrido en esta tierra, nos mereceremos un
galardón imperecedero.
Las <> del día 28 nos fueron
referidas con más abundancia de datos que las
precedentes. El Siervo de Dios quiere ayudar a sus
muchachos a que hagan bien el examen de conciencia
y se preparen con propósitos firmes a celebrar
devotamente la fiesta de Todos los Santos.
Ya estamos a mitad de la novena de Todos los
Santos. Esta fiesta solemnísima se acerca a
nosotros a gran velocidad. íAh, ojalá que todos
mis queridos hijos pensasen un poco seriamente
cómo hacerse santos! Yo querría que hicieseis
todos una cosa. Que cada uno pensase:
->>Qué es lo que más necesito para hacerme
santo?
Y que anotase el defecto que más le domina y
que, por consiguiente, más le aleja de su fin; o
la virtud que más necesita y que más le ayudaría a
alcanzar este fin; y que luego dijese
resueltamente:
-Quiero hacer este regalo al Señor en esta
fiesta: buscar y arrancar de mi corazón tal
defecto y colocar en su lugar tal virtud.
Yo os aseguro que, si así lo hacéis, el Señor
estará muy contento de vosotros.
Pero es preciso examinar diligentemente vuestra
conciencia, antes que nada, y empezar a quitar de
ella cualquier cosa grave si por azar la hubiese;
porque, si vosotros os empeñarais en tapizar bien
las paredes de una habitación amueblada a todo
lujo, dejando en el medio un montón de basura o
cualquier otra cosa asquerosa, haríais reír, y se
os diría:
-Empieza por quitar esa basura y después ya
adornarás la habitación.
Pues así sucede con vuestra alma: si uno
tuviese el pecado grave en la conciencia y
quisiese esforzarse por quitar los defectillos,
este tal no obraría bien; para actuar sabiamente
hay que quitar el pecado y después ya se pensará
en adornarla cada vez más.
((**It11.462**)) Dijo
el Señor a un joven que quería salvarse: Si vis ad
vitam ingredi, serva mandata. Advertid que dijo
ante todo: Si vis, lo cual quiere decir que lo
primero para salvarse, es volere (querer); pero no
volere como se dice del perezoso que quiere y no
(**Es11.391**))
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