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((**Es11.390**) que se les tolerará por algún tiempo: pero después, no. Me sabe mal, pero es necesario que todos los años se haga eso con alguno, y que nos veamos obligados a echarle a la calle, y decirle: -Mira, tú no sirves para estar en el Oratorio. A otros se les aguanta un poco más para ver si reaccionan; pues ya sabéis lo que dice el refrán: Tanto va el cántaro a la fuente, que al fin se rompe; es decir, que una cosa pequeña unida a otra se convierte en una cosa grande. A alguno puede que se le deje seguir hasta fin de curso, pero en ese momento aparecen juntas todas las travesuras, se gana una calificación deficiente y luego, durante las vacaciones, hay que enviarle una cartita a casa, diciéndole que se quede allí y continúe las vacaciones, porque en el Oratorio no hay plaza para él. Así sucedió también este año y ((**It11.460**)) si ahora veis que faltan algunos, es precisamente por esto. Se os avisa, pues, a tiempo y espero que a ninguno de vosotros le suceda lo mismo. No vayáis a creer que las calificaciones que se os dan semana tras semana, no tengan valor también después de los años. Debo deciros que sucede con frecuencia lo que me pasó ayer o anteayer. Se me presenta uno, generalmente con una preciosa barba, yo no le reconozco y él me saluda por mi nombre y me dice: ->>No se acuerda de mí? Soy fulano, que estuvo hace tanto tiempo en el Oratorio. Necesito ahora un certificado de buena conducta. >>Y cómo hacer? Yo no hago más que abrir los registros: serán de hace diez, hace quince o hace veinte años; y, de acuerdo con las calificaciones, hago el certificado, porque de otro modo resulta imposible acordarse. Ya lo sabéis; vuestras calificaciones se guardan y sirven, aún después de muchos años, como testimonio a vuestro favor o en contra. No quiero, sin embargo, que os empeñéis en conseguir buenas calificaciones únicamente por evitar la vergüenza, o para no ser castigados o expulsados. Hay un motivo superior a éstos, que os debe inducir a portaros bien. Aprended a hacer todas las cosas buenas, porque agradan al Señor, el cual os las premiará, y a huir de las cosas malas, porque desagradan al Señor y os castigaría por ellas. Obrando así >>sabéis que sucederá? Obtendréis buen resultado, estaréis contentos, seréis respetados y queridos en esta tierra y, lo que más vale, os prepararéis un precioso galardón allá en el cielo, como espero y ruego que me suceda a mí y a todos vosotros. Buenas noches. La novena de Todos los Santos inspiró al Beato una calurosa exhortación la noche del 27. Recordó a Savio, a Magone y a Besucco y seguramente dijo bastante mas de lo que se conserva en la relación a que nos referimos. Especialmente cuando nombraba a Domingo Savio se enternecía. Atestigua don Esteban Trione que le encontró en una ocasión paseando, absorto en la corrección de unas pruebas de imprenta de la reedición de su biografía, y que le dijo el Siervo de Dios: -Mira, cada vez que hago este trabajo, no puedo contener las lagrimas. Estamos en la novena de Todos los Santos; desearía muchísimo que todos os esforzarais por celebrarla bien. >>Sabéis por qué? A lo largo del año se celebra la fiesta del Santo, cuyo nombre lleváis, y vosotros lo celebráis aquel día. Pues bien, en el día (**Es11.390**))
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