((**Es11.388**)
Os digo con sinceridad que estoy contento y me
alegro, como se alegra un padre al ver crecer su
familia. Pero vosotros, como habéis estado por los
campos y las viñas, y habéis viajado, estaréis
llenos de polvo y cazcarrias y quién sabe si
alguno ha caído en un barrizal y está cubierto de
barro. Es necesario, por tanto, que toméis
enseguida el cepillo y procuréis limpiaros, para
no hacer mala figura. Ya me entendéis a qué
zarrapastras y a qué cepillo me refiero. Quién
más, quién menos, durante las vacaciones os habéis
manchado con defectos o pecados.
Algunos no tendrán más que polvo y en un
momento están arreglados, sólo necesitan quitarse
ese poco polvo, esto es, los defectillos que, por
desgracia, todos tienen y aparecen durante las
vacaciones más que en otro tiempo, y las cosas
seguirán tan bien como antes. Otros, en cambio,
tendrán manchas más o menos graves; no dejen éstos
que se adueñen de su corazón, y pónganse a
trabajar con la mejor buena voluntad, porque,
mientras la llaga es reciente, más pronto se cura.
Ea, a cepillarse bien con la confesión y a poner
todo en su sitio.
Y ahora que todavía no está todo organizado,
procúrese evitar cualquier desorden. Tengan todos
paciencia si les falta algo, o no se les puede
atender como quisieran. Buenas noches.
Volvió a hablar la noche del 22. Aunque con
otros términos, insistió sobre su tema de la
Confesión. Le preocupaba mucho que todos los de
casa estuvieran en gracia de Dios, para merecer
las bendiciones del Cielo durante el nuevo año.
A Jove principium. Recordad siempre, queridos
hijos míos, esta máxima que la repetían hasta los
paganos; que todas vuestras acciones deben tener
su principio en el cielo. Empezamos ahora el curso
escolar; procuren todos empezarlo bien. Hay un
proverbio antiguo que dice: Dimidium facti, qui
bene coepit, habet, y que el poeta traduce bien al
italiano: Quien bien comienza, ya está a mitad de
la obra; y continuándolo, decimos: No se comienza
bien, si no se empieza por el cielo. Ahora bien,
si es cierto y muy cierto, ((**It11.458**)) que
cuando uno comienza bien es como si ya estuviese a
la mitad de la obra, considerad lo mucho que
importa empezar bien. Pero si queréis empezar
bien, es preciso que cada uno de vosotros empiece
por ponerse en gracia de Dios si aún no lo está. Y
después, pida con todo el corazón al Señor poder
continuar bien y prometa aprovechar el tiempo y no
servirse jamás del estudio para ofenderle; sino
que, por el contrario, ofrezca ya todo lo que está
haciendo o se dispone a hacer, para la mayor
gloria de Dios, la salvación de su alma y la del
prójimo...
En las <> del 26, tocaba en lo
vivo, representando de una manera insinuante y
eficaz las graves consecuencias con que se
encontraría el que no se dispusiera a portarse
bien desde el principio.
Se actuaba con ponderación, pero ya estaba
decidida la suerte de los rebeldes. La amenaza
oportuna y paternal de don Bosco coincide con la
observación de don Julio Barberis en su
croniquilla de este año: <(**Es11.388**))
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