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Con la máxima veneración imploro su santa
bendición, mientras me cabe el alto honor de
profesarme,
De V. E. Rvma.
Desde nuestra casa de Nizza Monferrato
17 de agosto de 1880.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Escribió también a monseñor Salvati, Promotor
de la Fe, pero no tenemos el texto de la carta,
aunque podemos deducir su contenido por su cortés
respuesta 1.
El Cardenal, impresionado con las cartas
recibidas de Turín, escribió estas líneas: <<23 de
agosto de 1880. Monseñor Asesor, observe bien si
don Bosco ha querido con actos de humildad dar,
como a mí me parece, una lección a la Sagrada
Congregación de Ritos con el voto de su Consultor;
porque, entonces, conviene devolverle la pelota
desde el Ministerio Fiscal. D. Card. Bertolini,
Pref.>>.
La humildad está en la carta del Beato; la
lección debería estar en el <>, esto es, en la memoria o consulta del
padre Rostagno. Pero la lección, si la hay, se da
a una simple Curia diocesana, en la presencia de
una Congregación romana que ha de juzgar. Sea como
fuere, el asunto quedó dormido en los archivos, de
donde salió durante los procesos apostólicos, que
lo sepultaron. Vuélvese a hablar de ello después
de medio siglo, para que se vea que también los
amigos de Dios pasan verdaderamente en este mundo
por muchas tribulaciones; y que Dios se encarga de
hacer ver al mundo que, a través de ellas, los ha
encontrado dignos de sí.
El siervo de Dios, dos años antes de que
naciese este enojoso asunto, estaba la mar de
contento, pensando en los buenos resultados que
producía su libro. Don Julio Barberis escribe en
su preciosa croniquilla, con fecha 5 de junio de
1875, que don Bosco hablaba después de la cena, en
el refectorio, sobre el fascículo de las Lecturas
Católicas correspondiente al mes de mayo, en el
que se narran muchas gracias concedidas por María
Santísima ((**It11.455**))
Auxiliadora, y añadió:
-Después de esta publicación, y especialmente
durante la novena, sucedieron tantas otras
maravillas que se podía escribir un librito con el
título: Nuevas maravillas de María Auxiliadora, o
bien, añadiendo algunas oraciones y prácticas de
piedad, titularlo Manual de los devotos
1 Véase: Apéndice, doc. 34.
(**Es11.385**))
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