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diócesis, sobre los cuales correspondería al
Arzobispo la obligación que le impone el Concilio
de Trento, en la Sesión vigésimo quinta, del
capítulo De invocatione sanctorum. Ruego
oficialmente a V. S. que me diga si esos hechos se
apoyan en testimonios tales como para poderlos
hacer objeto de un examen serio en esta Curia 1>>.
El Beato le respondió así:
Excelencia Reverendísima:
En el librito titulado María Auxiliadora, que
la tipografía Salesiana de Turín publicó ya hace
tiempo, y en el otro titulado La Nubecilla del
Carmelo, he narrado algunos hechos, que llegaron a
mi conocimiento, me parecieron dignos de crédito y
tales que podían ser de alguna utilidad darlos a
conocer.
Para el fascículo impreso en Sampierdarena, me
sometí enteramente a la revisión eclesiástica de
aquella Archidiócesis; el que se imprimió en Turín
fue sometido igualmente a la revisión eclesiástica
y no fue publicado sino después de la autorización
de nuestra Curia Arzobispal.
Advierto, además, que en estos libritos me he
atenido literalmente a la exposición escrita y
firmada por quien declara haber obtenido tales
gracias, y me he guardado, con toda cautela, de
calificar tales hechos como sobrenaturales; yo no
les he atribuido ninguna autenticidad, ni he
inducido a nadie a prestarles más fe que la que se
merece un escritor prudente. En esto he creído
seguir fielmente las prescripciones del Papa
Urbano VIII, a este propósito, con la declaración
que he colocado al principio de dichos libros. Me
ha parecido lícito seguir las normas observadas
por todos los que escriben vidas de Santos o
narran hechos que pueden ((**It11.451**)) hacer
bien a los lectores, y aumentar la veneración y
confianza en nuestros protectores celestiales; e
ignoro que tal conducta haya sido reprobada por
nadie.
Para mi disculpa he de decir que no he dado
ningún motivo a nadie para pensar que estos libros
hayan sido aprobados por esta Curia Arzobispal de
Turín, y mucho menos que hayan sido examinados y
aprobados canónicamente por esta o por ninguna
otra autoridad eclesiástica.
Creo haberme justificado plenamente; sin
embargo, declaro que en todo caso estoy dispuesto
a retractarme de cualquier cosa que haya hecho
faltando a mi deber o contra los derechos de V. E.
Ilma. y Rvma.
Aprovecho esta ocasión para encomendarme a la
bondad e indulgencia de V. E. Ilma. y Rvma. y a la
solicitud de su celo para lograr que los Rvmos.
Revisores despachen los libros con cierta prisa, a
medida que se les presentan a fin de que, sin
perjuicio de esta obra, no se interrumpa la
impresión.
Con el más profundo respeto beso su mano y me
profeso,
De V. E. Ilma. y Rvma.
Turín 18 de mayo de 1877.
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Carta del 17 de mayo de 1877.
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