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de los santos mártires Solutor, Aventor y Octavio,
con las vicisitudes pasadas por estas sagradas
reliquias y una pintoresca descripción de la
fiesta, ((**It11.443**)) toda
ella esmaltada con el afectuoso recuerdo de las
glorias saboyanas, especialmente de <>, según dice el hombre de
bien, que exalta el celo de su duque por
<>. El cuarto centenario es el de
<>,
con la dramática narración del homicidio ritual
ejecutado en el tierno cuerpecito del pequeño
Simone de Trento, <>, como
remarca el hombre de bien, en vez de <>, como dice Rohrbacher 1, de quien
está tomada toda la narración. El cuarto
centenario es el del nacimiento de Nicolás
Albergati, con la historia de su vocación
religiosa, rodeada de simpático atractivo y con
sus gestas en defensa del dominio temporal en
Bolonia y los derechos de la Santa Sede en otras
partes.
Viene después un centenario singular: es el
séptimo del nacimiento y del sexto de la muerte de
San Raimundo de Peñafort. En el capitulito
destinado a este Santo español, alude el hombre de
bien a don Carlos, cuya causa, como ya vimos,
apasionaba a muchos; pero es una alusión ajena a
toda política: <>.
Después de conducirlo a enseñar en la universidad
de Bolonia, nos lo presenta el hombre de bien como
<>. Y concluye, por fin, diciendo
que <<éstos son los astros que se deben esperar y
de los que España necesitaría>>.
((**It11.444**)) Hay
también dos centenarios de título humorístico:
<>, episodio
acaecido en Inglaterra durante el reinado de los
Plantagenêt de Anjou, cuando estos soberanos
abandonaron
1 Rohrbacher, René-François (1789-1856)
historiador eclesiástico francés, admirador en
algún momento de Lamennais de quien se separó.
Escribió una Historia Universal de la Iglesia
Católica, en veintiún volúmenes, impugnando las
doctrinas de Lamennais. (N. de. T.)
(**Es11.376**))
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