((**Es11.341**)
Cuando escribáis, tú o cualquier otro, contad
los más pequeños detalles de cuanto se refiere a
vosotros, pues todos ansían saber vuestras más
insignificantes noticias.
Todas nuestras casas están llenas; todos
quieren enviar sus saludos a los misioneros, y
hasta ir a verlos. Vosotros agradeceréis los
pensamientos, y aplazaremos para su debido tiempo
la realización de sus proyectos.
Recomienda a todos que cuiden su salud y,
cuando me escribas, ya me contarás si alguno se
puso malo en el viaje y si ya se encuentra bien.
Al dar noticias nuestras a los demás queridos
misioneros, procura que lean todos juntos, si es
posible, los recuerdos que os di antes de vuestra
salida.
Que Dios os bendiga a todos. Rogad al Señor por
mí, que siempre seré en Jesucristo
4-12-1875.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
P.D. Quede bien entendido que siempre que se os
escriba, se mandan especiales saludos para
transmitirlos al doctor Ceccarelli y a los señores
Benítez, Espinosa, etc.
Antes de hacer uso de los privilegios de
misioneros, procurad que los vea vuestro
Arzobispo.
Ya se estaba preparando para dejar la Liguria,
cuando le llegó una carta de Lyon, que no estaba
de acuerdo con lo que él esperaba.
((**It11.401**)) Había
dirigido una súplica a la Obra de Propagación de
la Fe para obtener de ella alguna ayuda. Pero el
Consejo Central no le pudo atender, porque los
estatutos de la Obra no permitían otorgar
subsidios más que para las Misiones existentes
fuera de los estados católicos y sólo a través de
los jefes inmediatos de la misma Misión; así que,
en el caso de don Bosco, para que le pudieran
conceder subsidios destinados a la Patagonia,
hubiera sido necesario que los dos territorios
estuvieran ya canónicamente convertidos en
Misiones con su correspondiente Superior
eclesiástico, Vicario o Prefecto apostólico, y que
por tanto no estuvieran unidos a la Archidiócesis,
de la que formaban parte 1.
Pero partía de allí con un consuelo y volvía a
Turín con una esperanza: el consuelo de haber
podido ordenar las finanzas de los dos colegios
cargados con los gastos de las nuevas
construcciones y la esperanza de poder hacer lo
mismo con el Oratorio. En efecto, comunicaba a don
Miguel Rúa 2:
1 Apéndice, doc. 28.
2 Carta a don Miguel Rúa desde Sestri Ponente,
4 de diciembre de 1875.
(**Es11.341**))
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