((**Es11.335**)
Estaban ya los viajeros sentados a la mesa y
comiendo, cuando con gran sorpresa se anunció a
los misioneros una visita: eran los alumnos del
hospicio de Sampierdarena que iban a saludarlos
una vez más. Los había mandado don Bosco en un
gesto de suma delicadeza. Apenas si tuvieron
tiempo para intercambiar unas palabras y marchar,
dejando nuevamente solos a los misioneros. A las
dos de la tarde, se puso en movimiento la
embarcación.
El día quince descendieron en Marsella, y
visitaron la ciudad durante seis horas. El 17
anclaron frente a Barcelona y el 18 entraron en el
puerto de Gibraltar. Allí don José Fagnano y el
señor Gazzolo, que sería el mentor de los
misioneros en América, hicieron provisiones de
hostias y velas, y visitaron todos al Obispo, que
mostró vivísimos deseos de ser ayudado por los
hijos de don Bosco en la educación de la juventud.
Y ahora dejemos que entren en pleno Océano,
acompañados por las fervorosas oraciones de todos
los muchachos del Oratorio.
Hemos oído comentar a los contemporáneos lo
mucho que se reavivó en el Oratorio el espíritu de
oración, con esta primera expedición de
misioneros. ((**It11.394**)) Los
alumnos de cada curso se pusieron de acuerdo para
formar coronas de comuniones diarias, hasta saber
que los misioneros habían llegado sanos y salvos a
su destino. Hubo un jovencito que se comprometió a
ayunar tres días por semana, hasta conseguir de
Dios la gracia de ir él también a las misiones,
una vez terminados sus estudios; pero, al
enterarse los superiores de aquella penitencia, se
la prohibieron.
Queremos todavía añadir que don Juan Cagliero
llevaba consigo una prenda personal de la paternal
solicitud de don Bosco, en una serie de
recomendaciones y encargos, escritos de puño y
letra por el Beato, y que se la había entregado la
víspera del embarco. El documento decía lo
siguiente:
A don Juan Cagliero
1§ Ten cuidado de la salud y la probidad de
todos y haz de modo que cada uno descanse lo
necesario.
2§ Di al doctor Ceccarelli que he recibido sus
doscientos francos, y que le recuerdo lo del
catecismo argentino, esto es, un ejemplar que se
necesita para imprimir el Joven Instruido (El
Joven cristiano) en lengua española.
3§ Traduzca Tomatis al español mi aritmética y
me la envie para imprimirla aquí en Turín.
Averiguad si hay un buen texto de Historia
Sagrada; de lo contrario, prepararemos uno aquí.
4§ No dejéis de entregar al doctor Espinosa El
Católico u otro libro.
(**Es11.335**))
<Anterior: 11. 334><Siguiente: 11. 336>