Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es11.333**)((**It11.391**)) CAPITULO XVII ANTES Y DESPUES DEL EMBARCO EL cansancio de una jornada tan ajetreada y tan llena de emociones creó un ambiente propicio para que, en la penumbra del departamento del vagón, los misioneros dieran rienda suelta a sus sentimientos de afecto al amado Padre, a cuyo lado podían estrecharse ahora mucho tiempo y quizá por última vez. Llegaron hacia media noche a Sampierdarena, donde les esperaba don Pablo Albera, director del Hospicio de San Vicente. Se requirieron dos días para llevar a bordo el equipaje y ultimar los interminables trámites de los pasaportes. Durante ellos, todos contemplaron el amor que los jóvenes apóstoles profesaban a su Superior y Padre. No daba un paso sin que ellos no lo siguieran, como atraídos por una fuerza misteriosa que no les permitiera separarse de su persona: le hacían mil preguntas, le pedían continuamente nuevos consejos, le repetían una y otra vez sus necesidades espirituales. Pero, al mismo tiempo, se ponía de manifiesto la ternura paternal con que trataba a cada uno de aquellos sus hijos, que él había alimentado, instruido y formado en el Oratorio: con calma inalterable se industriaba para contentarlos, comunicándoles los tesoros de su experiencia y de sus luces celestiales. El día 14, domingo, celebraron la santa misa, rezaron las devociones de costumbre y se encaminaron al puerto. Apenas se dispuso don Bosco a saltar de la barca a la escalerilla que subía a cubierta, bajó el capitán Guidard a darle una mano, y después le acompañó a visitar los camarotes destinados a los misioneros y todas las dependencias del buque. Pertenecía aquel barco ((**It11.392**)) a la Compañía francesa de transportes marítimos de Marsella y se llamaba Savoie. Cuando volvieron a entrar en la sala de primera clase, el coadjutor Molinari sentóse al piano, entonó el cántico Load a María y los demás siguieron cantando. Había ya en la sala muchos pasajeros y el canto atrajo a otros. Y entonces don Juan Cagliero, aprovechando la ocasión, dio comienzo a su predicación apostólica con un sermoncito, en el cual (**Es11.333**))
<Anterior: 11. 332><Siguiente: 11. 334>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com