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y estos mismos sacramentos debéis amarlos,
profesarlos y predicarlos celosamente, lo mismo
que os toque vivir entre salvajes, que en pueblos
civilizados. Dios os libre de decir una sola
palabra o hacer la más mínima acción que sea o
pueda interpretarse como contraria a lo que
infaliblemente enseña la Suprema Sede de Pedro,
que es la Sede de Jesucristo, a quien todo debe
referirse y de quien todo debe depender.
Como Salesianos, sea cualquiera la parte del
globo donde os encontréis, por muy remota que sea,
no os olvidéis de que aquí, en Italia, tenéis un
Padre que os ama en el Señor, una Congregación que
piensa en vosotros, y en cualquier eventualidad os
proveerá de todo, y siempre os recibirá como
hermanos.
Id, pues; deberéis soportar todo género de
fatigas, de dificultades, de peligros, pero no
temáis, Dios está con vosotros; El os dará tanta
gracia, que podréis decir con san Pablo: -Yo solo
nada puedo, pero con el auxilio divino soy
omnipotente; omnia possum in eo qui me confortat.
Os vais, pero no os vais solos, os acompañamos
todos; vuestros compañeros seguirán vuestro
ejemplo e irán con vosotros al campo de la gloria
y de las tribulaciones. Y los que no puedan ir con
vosotros, para acompañaros en el campo evangélico,
que la divina Providencia os ha señalado, os
acompañarán con el pensamiento y la oración y
condividirán con vosotros los consuelos, las
aflicciones, las flores y las espinas, a fin de
que, con el favor divino, podáis alcanzar muchos
méritos con todo lo que tengáis que soportar para
la salvación de las almas redimidas por Cristo.
Id, pues; el Vicario de Jesucristo y nuestro
veneradísimo señor Arzobispo os han bendecido; yo
también, con todo el afecto de mi corazón, invoco
copiosas bendiciones divinas sobre vosotros,
vuestro viaje, todas vuestras empresas y fatigas.
íAdiós! Quizá no nos podamos volver a ver todos
en esta tierra. Por un poco de tiempo estaremos
separados corporalmente, pero un día nos
reuniremos para siempre. Al final, trabajando por
el Señor, oiremos que nos dirán: Euge, serve bone
et fidelis, intra in gaudium Domini tui (bravo,
siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu
Señor).
((**It11.388**)) Bajo
el Beato del púlpito y el párroco de Borgodora
impartió la bendición solemne con el Santísimo
Sacramento. Escribe un testigo ocular 1: <>. Después del canto del motete Sit nomen
Domini benedictum, compuesto por don Juan
Cagliero, un coro de voces argentinas interpretó
un precioso Tantum ergo.
Después de la bendición, entonaron los cantores
el Veni Creator. A continuación subió don Bosco al
altar y rezó las bellísimas oraciones que la
Iglesia pone en boca de sus ministros, al empezar
un viaje, y especialmente en peregrinaciones
apostólicas. El Beato clausuró las preces con su
paternal bendición a los nuevos misioneros, que se
recibió en medio de un silencio universal.
Vino entonces la parte más patética de la
ceremonia, que suscitó
1 CHIALA, l.c., cap. V.
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