((**Es11.311**)
Y para conseguirlo aconsejó no aguardar a un
día fijo o un momento determinado de más agitación
o mayor necesidad para pedir un consejo, dar un
aviso, manifestar una pena, sino que, superioras y
hermanas se dijeran entre sí las cosas de vez en
vez, con respeto, calma y serenidad.
((**It11.364**)) Habían
asistido también a los ejercicios las hermanas de
Borgo San Martino. Una de ellas tenía algo muy
bonito que contar de don Bosco: era que el Beato
había estado en aquel colegio para la fiesta de
san Luis y fue un día a celebrar la misa para las
hermanas. Antes de retirarse pasó a saludarlas. La
pobre hermana tenía verdadera necesidad de
hablarle, pero no lo logró. Don Bosco, al verla
ante sí, leyó en sus ojos su pena interior y, sin
decirle una palabra, sólo con su mirada paternal,
la curó.
-La mirada de don Bosco, declaraba la hermana,
disipó las nubes y volvió la calma a mi corazón.
Antes de salir de Mornese, quiso el Beato que
toda la comunidad se reuniera, y les dijo que
parecía haber llegado el momento de recomendar la
exacta observancia de la clausura.
-Hasta ahora hemos ido a la buena en lo tocante
a la clausura, porque erais una familia, más que
una comunidad en toda forma, y había que pensar en
albañiles, etc., etc. Ya es hora de que nos
pongamos en regla también en esto. Además, con
tantas jóvenes como tenéis en casa y más que
tendréis en adelante, es preciso que la puerta de
la calle esté cerrada siempre y que haya una
hermana encargada de las llaves y de recibir a las
personas que vengan de visita.
-En los monasterios de clausura no entra nadie
sin un extraordinario permiso o necesidad. Cuando
va el confesor para atender a una hermana, le
precede una religiosa tocando la campanilla y,
mientras la confiesa, aquélla suena de vez en
cuando la campanilla para advertir que está
presente. No se trata de hacer lo mismo entre
vosotras, porque no estáis obligadas a la clausura
monacal, debéis estar siempre en contacto con la
juventud y con frecuencia también con los
externos. Pero es bueno que, como dicen vuestras
Constituciones, no entren personas extrañas en las
dependencias reservadas a las hermanas, sin
verdadera necesidad y sin que una hermana las
acompañe.
-Que no salga sola una hermana por ningún
motivo y no ((**It11.365**)) se
quede fuera de casa de noche, y, después del toque
del Avemaría de la tarde, no se recibe ya a nadie
en casa.
-Las que han estado en Borgo San Martino han
visto que para pasar lo necesario de la cocina al
refectorio de los superiores y de los alumnos, y
también de la ropería a los encargados de la
distribución,
(**Es11.311**))
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