Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es11.301**) Por la tarde presentó el Beato una amplia exposición de ideas. Imaginémonos estar oyéndole. Más o menos habló en estos términos: 1.° Hay que imprimir esas cartas, que en las Ordenes religiosas suelen llamarse cartas de obediencia. Los hermanos deben presentarlas al director de la casa a la que son enviados por el superior. Antes de hacer tal entrega, un socio no se comunique con los otros. Apenas entre en aquella casa, póngase bajo la obediencia de aquel director de quien depende enteramente. 2.° Una vez terminadas las conferencias generales de otoño, se imprimirán los nombres y los cargos principales de los miembros destinados a ((**It11.352**)) cada casa. Quizá no sea posible todavía en el presente año; pero quede establecido para el año próximo. Imprímase también una especie de carta para entregar a cada uno, en la que se especifique su destino. 3.° En todos los colegios hay que cuidarse del papel usado. Los folios escritos sólo por una cara pueden servir para hacer las primeras pruebas en nuestras imprentas; las cuartillas totalmente en blanco se cosen formando cuadernillos y sirven para tomar notas, o también hacer recibos; los papeles de embalaje guárdense para nuevos envíos, y el papel ya usado véndase a las fábricas de papel. Resulta interesante para la economía obrar de este modo; se ahorrarían miles de liras. 4.° Téngase en todos los colegios una consideración especial con los profesos perpetuos, sean clérigos o coadjutores. Déseles gran confianza y confíenseles las cosas más delicadas y confidenciales de nuestra Sociedad, aunque no sean tan hábiles como otras personas ajenas a nuestra comunidad. Hay que decirles o hacerles entender que se les dan aquellos encargos antes que a otros, por ser profesos perpetuos, esto es, hermanos del todo esencial e inseparablemente. 5.° Todas las casas han de procurar prepararse el personal que necesitan. Ciertamente que en la actualidad y durante algunos años no será posible enviar un personal totalmente preparado para los cargos a que van destinados; pero deben cuidarse con todo esmero los directores de irlos formando, estando atentos para ver en qué cosas no aciertan y dándoles las normas y avisos oportunos, aun cuando haya que dedicar mucho tiempo a esta imprescindible ocupación. Así lograremos tener los apoyos que se desean. 6.° Dígase lo mismo de los coadjutores y de las personas de servicio, que se envían desde Turín. Estén todos persuadidos de que siempre enviamos del Oratorio lo mejor que se tiene disponible. Pero muchas veces no existe el hombre del caso y, por tanto, hay que mirar de (**Es11.301**))
<Anterior: 11. 300><Siguiente: 11. 302>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com