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algunas veces durante el año. Aunque, por
entonces, don Bosco lo era todo, la idea de que
los superiores del Capítulo visitaran los colegios
no estalló como una bomba. >>No hemos visto ya al
prefecto general visitando el colegio de Lanzo? En
este paso apreciamos nosotros la santa madurez de
los hijos, que se disponen a condividir con el
Padre los cuidados del gobierno.
Como quiera que ello sea, la propuesta llegaba
a los presentes; y estaba además en el Oratorio
don Pedro Guidazio, muy capaz de sustituir a don
Celestino Durando en la dirección de los estudios,
en el caso de que éste tuviera que asumir la nueva
responsabilidad. La discusión presagiaba las
atribuciones específicas que más tarde se
asignaron al consejero del Capítulo que, al frente
de los estudios de toda la Congregación, llevaría
en el lenguaje corriente el título de Consejero
escolástico general. Este tema dio ((**It11.342**)) pie a
un intervalo que fue el de la revisión de algunos
títulos que comúnmente se usaban entonces: que en
cada casa tuviera el título de director únicamente
el jefe de la misma; y, por tanto, no se dijera
director espiritual, sino catequista; no más
director de las escuelas, sino inspector de las
mismas. Pero todo sometido a la última decisión de
don Bosco.
Cuando se agotó la parte del programa referente
a los altos cargos, tocóle el turno a los
prefectos y al personal docente que se debía poner
en los colegios. Se empezó por el Oratorio y los
cursos de teología filosofía y bachillerato. El
profesorado de los cursos de teología, durante el
año escolástico 1875-76 1, lo formaron los
teólogos externos Molinari y Ascanio Savio, y don
Julio Barberis, don José Bertello y don Francisco
Paglia, de casa; los cursos de filosofía corrían a
cargo de don José Monateri, don Cipriano, don
Julio Barberis, don Francisco Paglia y don Luis
Guanella. No parece que hubiera penuria de
profesores.
Establecido el personal para el Oratorio, se
facilitó el necesario para Borgo San Martino,
Lanzo, Alassio y Varazze.
El Beato Padre no se dejó ver hasta el día 20,
al final de la segunda sesión, que duró de las dos
y media de la tarde hasta las seis. Diósele cuenta
de lo tratado y se mostró muy complacido; en
cuanto a los nombramientos, aprobó la elección de
don José Lazzero para vicedirector del Oratorio y
la de don Francisco Bodrato para ecónomo general.
Es de advertir, respecto a este último, que la
elección correspondía en pleno derecho al Rector
Mayor, y que, por tanto, ésta era puramente
supletoria, hasta que llegara el tiempo de la
elección oficial.
1 Actas de las deliberaciones capitulares del
Oratorio, 31 de octubre de 1875.
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