((**Es11.291**)((**It11.339**))
CAPITULO XIV
CONFERENCIAS OTOÑALES
SON de gran interés para nosotros los primeros
pasos de la Congregación canónicamente instituida,
con sus Reglas aprobadas y su jerarquía
establecida de modo definitivo, porque señalan el
principio de la tradición salesiana.
Lo que entonces se hacía bajo la mirada del
Beato don Bosco con su aprobación expresa o
tácita, constituye para sus sucesores de hoy un
punto excepcional de referencia para juzgar el
espíritu con que la letra de las Constituciones se
aplica a la vida práctica. Esta es la razón
principal que nos espolea a no dejar nada por
decir de cuanto sabemos de aquellos remotos
tiempos.
Ya hemos tenido ocasión de ver cómo, en las
reuniones generales, nuestro Beato se quedaba a
veces entre bastidores, y delegaba la presidencia
en don Miguel Rúa, dejando que tratasen libremente
los asuntos de la Congregación, aunque
reservándose la aprobación, según los casos, de
las resoluciones tomadas. Era un óptimo método
para adiestrar en el gobierno: veremos cómo lo
siguió también en las conferencias otoñales, a las
que queremos dedicar el presente capítulo. Es ya
la tercera convocatoria de este género en el
transcurso de un año;
esperamos les guste a los lectores asistir otra
vez a ellas. Nos valdremos sobre todo de una
especie de actas escritas por el cronista.
Las sesiones se celebraron en Lanzo entre el 18
y el 26 de septiembre, ((**It11.340**))
durante la segunda tanda de ejercicios
espirituales 1.
Los directores y los miembros del Capítulo
Superior recibieron un aviso para acudir allí tres
días antes de los ejercicios, y así tener tiempo
para tratar los asuntos que más les pudieran
distraer. Ya sabemos los nombres de los que
asistieron, por tanto no es del caso repetirlos.
Había dos sesiones diarias, una por la mañana y
otra por la tarde. Estas no se interrumpieron ni
siquiera durante los ejercicios, que comenzaron el
20 por la tarde, solamente se abreviaron; duraban
de las
1 En la tanda anterior don Bosco había dado
algunas conferencias, tres de las cuales hemos
encontrado más o menos resumidas en los cuadernos
de don Julio Barberis. Las publicamos en el
Apéndice (Doc. 21).
(**Es11.291**))
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