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para que vaya a celebrar una ceremonia en su
colegio, sin cerciorarse antes de mi
consentimiento, como lo prescriben los Cánones de
la Iglesia y lo requiere expresamente mi Sínodo
del 1873. Desgraciadamente, Monseñor, he de
deplorar el poco respeto que se me tiene en esta
reciente Congregación, empezando por su fundador y
cabeza rectora; y si V. S. al ir allá, puede con
sus oraciones al Señor, a María Santísima y a los
Santos, y también con alguna palabra suya,
conseguir que la dignidad del Arzobispo de Turín
obtenga en la Congregación de don Bosco todo el
respeto que le es debido, S. E. hará un gran
servicio a esta Archidiócesis>> 1.
Es una gran verdad, que un ánimo mal informado
complica automáticamente hasta las cosas más
simples, engendrando ((**It11.336**))
sospechas que llevan al hombre a mil leguas más
allá de la realidad.
Don Bosco amaba a sus colegios; pero parecía
que nutría una predilección especial por el de
Lanzo. Se lo oiremos pronto a él mismo.
Pero antes hay que advertir cuánto cuidado se
ponía en aquellos comienzos para consolidar la
regularidad y uniformidad de vida dentro y fuera
del Oratorio. Una visita oficial, hecha por don
Miguel Rúa a Lanzo, en su condición de prefecto
general, ha dado origen a este documento, que
deseamos reproducir. Había examinado allí de
teología a los clérigos. La escuela nocturna, de
la que se habla en el número 6.°, era sólo un
repaso vespertino como el que se hacía en el
Oratorio. Habrá ocasión de hablar de ello en el
volumen siguiente.
Querido Director:
Os comunico las impresiones que he recibido en
mi visita a vuestro colegio.
Os aseguro que he quedado muy satisfecho, tanto
de los exámenes como del aspecto de los clérigos y
el comportamiento de los alumnos. Quiera el Señor
continuar bendiciéndoos y haciendo que vayáis de
bien en mejor. Con todo, he observado algunas
cosas que necesitan ser modificadas.
1.° He encontrado los manteles de algún altar
poco limpios.
2.° Supe que no hay misa los días de entre
semana para los muchachos externos, y sería
conveniente que la hubiera como la hay aquí, en
Varazze, en Alassio, etc.
3.° No se da casi nunca clase de ceremonias a
los clérigos, ni al clero infantil, ni a los demás
muchachos. Convendrá insistir a quien corresponda
para que la dé regularmente; y, si el encargado no
puede con todo, póngasele un ayudante.
4.° Tampoco se enseña bastante el Catecismo en
los cursos de bachillerato; y es, sin embargo, el
ramo más importante de la ciencia.
5.° No se enseña el canto gregoriano, tan
inculcado y deseado por nuestro buen padre don
Bosco.
6.° La escuela nocturna no es como la desea don
Bosco, el cual quiere que todos
1 Carta, escrita en Pianezza y fechada el 20 de
junio de 1875.
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