((**Es11.285**)((**It11.332**)) El
buen sacerdote no recibió con indiferencia la
invitación:
he aquí cómo don Bosco le daba las gracias desde
Varazze.
Muy querido don Chiatellino:
A su debido tiempo recibí la limosna que me
envió para nuestros misioneros: Encargué al conde
Eugenio comunicara mis noticias a usted y a la
señora Duquesa.
Todo marcha bien y las noticias recibidas hasta
el presente son buenas.
Dé las gracias a todos los que han contribuido
y asegúreles que los misioneros y todas nuestras
casas no dejarán de invocar cada día las
bendiciones del cielo sobre ellos y sobre sus
familias. Amén
Varazze, 18-11-1875.
Afmo. en Jesucristo
JUAN
BOSCO, Pbro.
El asilo de Sampierdarena, en Liguria, se
desenvolvía en medio de dificultades económicas,
que no podían salvarse más que acudiendo a la
caridad. Don Bosco, que tomaba muy a pecho que
aquella obra de beneficencia ampliara cuanto fuera
posible la esfera de sus actividades, lanzó
ardorosas llamadas a cuantos esperaba que podrían
ayudarle. Así escribió al Director General de
Ferrocarriles esta súplica, que se aparta del
formalismo acostumbrado en este género, pues está
escrita a la buena y diríase que con el corazón en
la mano.
Ilmo. Señor Director General:
Con el fin de atender a tantos muchachos pobres
como piden cada día ser admitidos en el hospicio
de San Vicente, que hace tres años se abrió en
Sampierdarena, bajo la dirección del sacerdote
Pablo Albera, se han empezado unas obras de
ampliación para que pueda atender a unos
doscientos cincuenta alumnos. Los trabajos
adelantan y ahora se necesita transportar cerca de
setenta toneladas de piedra labrada, desde la
estación de Gozzano a la de Sampierdarena. Para
este transporte acudo a V. S. Ilustrísima
rogándole se digne conceder el transporte gratuito
o al menos con la mayor reducción que en su
caridad juzgue oportuno, por tratarse de una
empresa que se realiza gracias a la beneficencia
privada.
No pretendo vanagloriarme de ningún mérito ante
esa benemérita dirección; quiero solamente
manifestar que la iglesia aneja a este instituto
resulta ((**It11.333**)) de
gran comodidad para el personal y las familias de
los empleados de la estación, que se encuentra muy
cercana.
De mayor provecho aún resulta para sus hijos,
que van allí a la escuela, algunos de los cuales
han sido internados y son mantenidos en dicho
hospicio. Quizá pueda facilitar la concesión del
favor, el recordar que los vagones de retorno
desde aquella estación a Génova ordinariamente no
llevan carga de ningún género.
Estos muchachos, juntamente con el que firma la
presente, no dejarán de invocar todos los días las
bendiciones del Cielo sobre usted, benemérito
señor Director, y
(**Es11.285**))
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