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haber hablado en español, contó un ejemplo en
francés. Cuando acabó de hablar, algunos
preguntaron si podían confesarse y enseguida se
organizó lo necesario para ello.
Querido señor Eugenio, he palpado con los
hechos que nuestra sacrosanta Religión, predicada
con claridad y franqueza, es respetada y bien
recibida hasta por los que no son creyentes.
Nuestros misioneros zarparon el domingo, a las
dos de la tarde. El lunes escribieron desde
Marsella, contando su buen viaje, y que ninguno
había sufrido nada. Ayer salieron de Barcelona y,
Dios mediante, celebrarán en Buenos Aires la
fiesta de la Inmaculada.
Yo sigo mi viaje por la costa hacia Niza, con
tres sacerdotes de los nuestros para abrir una
casa en aquella ciudad y otra en Bordighera, entre
los protestantes, que están haciendo allí mucho
daño.
Preparamos otra expedición de once misioneros,
que en la próxima primavera irán a ayudar a los
primeros. Para octubre del 1876 saldrán también 30
religiosas de las nuestras, pedidas por el
gobierno argentino. Hubiera deseado escribir a la
señora Duquesa, mas, por no cansarla con mi
difícil letra, ruego a usted le comunique nuestras
noticias y también, por favor, al reverendo
Chiatellino.
Mis humildes saludos para todos. Que Dios les
guarde en su santa gracia. Créame en Jesucristo.
Varazze, 18-11-1875.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
La tercera, dirigida al reverendo Chiatellino,
maestro en Borgo Cornalese, hay que relacionarla
con otra del mes de junio en la que don Bosco le
animaba con graciosas palabras a buscarle limosnas
para los misioneros. Será bueno que la insertemos
aquí.
Muy apreciado don Chiatellino:
He estado visitando las casas de Liguria y no
sé nada de Borgo. Tenga, pues, la bondad de
decirme si la señora Duquesa está todavía en
Borgo, o si ya salió para los baños, como
acostumbraba en años pasados. Desearía hacer una
escapada hasta ahí. Y además, querido don
Chiatellino, >>por qué nos ha abandonado de este
modo? Usted responderá: -Para hacer un buen fajo
de billetes y llevárselos a don Bosco. -Muy bien.
Venga, pues, que llegan muy oportunamente.
Que Dios nos bendiga a todos. Ruegue por este
pobrecillo, que siempre será en Jesucristo
Turín, 30-6-1875.
Su afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
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