((**Es11.283**)
Muy querido Rúa:
Aún no he recibido ninguna carta de casa, desde
mi partida. Necesitaría tenerlas, especialmente si
proceden de Roma.
Para tu norma, mañana 19 voy a Albenga, y
pasaré la noche en Alassio. El 20 por la mañana
saldré para Niza, adonde ((**It11.330**)) puedes
enviarme las cartas durante seis días. Después, o
mejor, para el día 26, a Ventimiglia.
Del 27 al 30 estaré de nuevo en Alassio, luego
en Sampierdarena o donde te diga.
Te adjunto una lista (de clérigos) que parece
se han de preparar para las ordenaciones.
Hay que pensar en los Marianos, y estudiar la
manera, aun a costa de algún sacrificio, de
eximirlos del trabajo y dedicarlos totalmente al
estudio. Promueve los trabajos para nuestras
auxiliadoras.
>>Hay dificultad para las Ordenaciones con el
Arzobispo de Turín?
>>Se ha efectuado el préstamo de Chieri?
Pregunta a don Nicolás Cibrario si iría con
gusto solamente para abrir la casa de Bordighera
donde es menester un sacerdote sic.
La admisión de los Hijos de María se ha fijado
para el día 9 del próximo diciembre en
Sampierdarena.
>>Será conveniente enviar allí a los que no
tienen ninguna incumbencia en la casa de Turín?
Que Dios nos bendiga a todos et valedic (y
adiós).
Varazze, 18-11-1875
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
La segunda carta está dirigida al conde Eugenio
de Maistre, en Borgo Cornalese. En breve
hablaremos de los misioneros, de Niza y de
Bordighera.
Muy querido señor conde Eugenio:
No he podido estar presente este año para la
fiesta de san Eugenio, pero de ningún modo me
olvidé de rezar en ese día por usted y por toda su
familia, como lo hacemos a diario en las oraciones
comunitarias de nuestras casas.
Los preparativos para nuestros misioneros me
han ocupado por todas partes.Además de lo que ya
sabrá por los periódicos, le comunico que los he
acompañado hasta el barco <>, en donde los
dejé bien instalados para dormir y comer. Tenían
un altar a su disposición y hasta un magnífico
piano. Don Juan Cagliero se puso a tocarlo y sus
compañeros entonaron la canción <>.
Esto despertó la curiosidad y todo el mundo
empezó a repetir y responder con otras estrofas.
Había casi setecientos viajeros; todos
acudieron llenos de curiosidad, pero con silencio
y respeto. Entonces don Juan Cagliero dirigió la
palabra a la multitud y explicó que habían
consagrado a la Virgen su viaje y su misión en
América. Y, sabedor de que entre los muchos
sudamericanos había algunos franceses, después de
((**It11.331**))(**Es11.283**))
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