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va directamente a Roma; pero cuando vaya, será
nuestro buen embajador ante el Padre Santo. Y
todavía añadió, que cuando necesitáramos algo de
él, acudiéramos con toda confianza, lo mismo para
cosas relacionadas con cualquier alumno en
particular, que para las cosas generales de la
Congregación; que él procuraría atendernos. íYa
veis cuánta cortesía en un personaje tan eminente!
íVenir a Turín precisamente para ver a don Bosco y
el Oratorio, del que ya había oído hablar tanto, y
no querer darse a conocer a nadie más, ni admitir
más compañía que la de don Bosco!
Al partir agradeció también las oraciones que
habéis hecho por él y me encargó que os animara a
seguir rezando, no sólo por él, sino también por
todas las necesidades de la Iglesia, especialmente
en estos días. El, a su vez, no dejará de
acordarse de nosotros y de recomendarnos al Señor,
para que un día podamos celebrar de nuevo todos
juntos una fiesta en el paraíso. Buenas noches.
Dos días después, al dar las <>
sólo para los aprendices, volvió a hablar de la
visita del Cardenal, en apariencia para decirles
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que se refería a ellos más directamente, pero en
realidad con la idea de tomar pie para imprimir en
sus mentes un pensamiento santo y saludable.
Ya no es el caso de que os diga quién era el
personaje que nos visitó anteayer. Sabéis que es
Su Eminencia el Cardenal Berardi. El quedó muy
satisfecho de haber oído vuestros cantos y las
piezas de la banda, y de haber visitado los
talleres; me encargó os lo agradeciera en su
nombre. Ya veis cuánta bondad la suya. Ha venido
expresamente de Génova a Turín, sólo para ver a
don Bosco y el Oratorio. Le acompañé a visitar lo
más notable de la ciudad, de lo que se mostró muy
complacido. Entre otros sitios visitamos el
Cementerio y admiró el orden, los trabajos, los
monumentos, los mármoles... íPero cuántos
recuerdos suscita en un cristiano el Campo Santo!
íAllí juntos pobres y ricos, jóvenes y viejos,
sabios e ignorantes! Es la ciudad de todos. íLa
muerte es inexorable! Todos nos hemos de someter a
la guadaña de esa feísima. >>No pensáis en ello,
queridos jóvenes? Que este recuerdo nos sea
familiar; pensemos mucho en el terrible momento de
la muerte, y tened bien presente que el que quiera
pasar bien aquel último instante en este mundo, ha
de decidirse a vivir bien. Hay un proverbio
latino, que vosotros entendéis perfectamente y que
dice: Qualis vita, finis ita, como es la vida, así
es la muerte. íSi la muerte nos avisara antes de
presentarse! Pero no; generalmente llega de
improviso y de repente; y, si no estamos
preparados para morir bien, >>qué será de
nosotros? íCuántos yacen ahora en el camposanto,
que deseaban convertirse, que pensaban ser buenos
más adelante y, entre tanto, llegó la muerte y ya
no les dio tiempo! >>Sabéis qué es lo que más
estimula a la muerte a lanzarse furiosa contra
nosotros? Nos lo dice la Sagrada Escritura.
Observad un caballo cuando va por el camino. Si va
despacito y el jinete tiene prisa, >>qué hace
éste? Espolea al caballo y arranca veloz como el
viento. La espuela que pica a la muerte para que
salte con furia sobre nosotros es el pecado:
Stimulus autem mortis peccatum est. >>Queréis que
os venga pronto la muerte?
Entre unas y otras <> don Bosco
habló también sobre la importancia de tal visita
en la conferencia que dio a los
(**Es11.276**))
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