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en esta ciudad, ni cuando era Obispo en Saluzzo,
ni cuando la divina Providencia dispuso que
llegara a ser nuestro Arzobispo.
Siempre será un honor para mí el poderme
profesar, con la mayor gratitud,
De V. E. Rvma.
Su seguro servidor
MIGUEL RUA, Pbro.
Entre los manuscritos de Pío IX en Roma existe
el original de las Observaciones expuestas con
cinco apostillas de mano del Beato. 1.¦ Al final
del primer párrafo: <>. 2.¦ A
final del segundo: <>. 3.¦ Al final del primer período del
tercer párrafo: <>. 4.¦ Al final del cuarto párrafo:
<((**It11.306**)) a esto
asegurando que no puede impedir, etc. Sin embargo,
no hemos tenido en nuestra Congregación, ni
actualmente tenemos, ninguno expulsado del
Seminario diocesano. 5.¦ Después de
<>, en el primer período del
quinto párrafo: <>. Por último:
<>. La
conversación del 29 de diciembre es la que
referimos en el capítulo XXII, y la reparación
consistiría en la carta de don Miguel Rúa que allí
se menciona.
Nos falta hablar de los profesos sacerdotes.
Mirando el catálogo se ve que los sacerdotes del
Oratorio eran escasos. Si se piensa en el excesivo
quehacer que allí había, queda uno admirado de que
lo realizaran tan pocos. Nos explicamos así las
quejas de don Juan Cagliero ante la gran escasez
de personal. Asistimos a un ataque y defensa entre
la vivacidad del futuro Cardenal y la calma
inalterable del Hombre de Dios. El diálogo tuvo
lugar, como de costumbre, después de la cena, el 4
de julio. Empezó Cagliero quejándose de que
escaseaban los sacerdotes para realizar tanto
trabajo. Don Bosco le respondió:
-Consuélate. Si todo marcha bien, haremos
ordenar once nuevos sacerdotes en menos de tres
meses.
-Bien, bien; me parecen demasiados, para
ordenar a todos de una vez. Pero yo no soy nuevo
en la Congregación. Todos los años se ordenan
sacerdotes y cada año nos encontramos con más
escasez. Se ordena un sacerdote y se aumenta el
trabajo para todos. Se ordenan
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