((**Es11.230**)
Dijo así:
<>.
Y, dado que el espíritu del Oratorio, gracias a
los directores plasmados en él por don Bosco, se
propagaba a las nuevas casas, pudo añadir:
<>.
El tiempo a propósito era, en cambio, cuando se
hacían los ejercicios espirituales, por los meses
de abril y mayo; desde entonces hasta el fin del
curso escolar, decía él que había que aconsejar,
dirigir, empujar y ayudar. En este período los
muchachos tomaban sus decisiones y se presentaban
por sí mismos a pedir consejo, sin necesidad de
estimularlos.
Bajo este punto de vista ícómo habían cambiado
las cosas en el Oratorio! Cuando la Congregación
contaba sólo unas decenas de miembros, cuando
estaba el espíritu en mantillas y se hacían las
cosas mas bien en secreto, don Bosco hablaba de
vocación, por así decir, en voz baja, por miedo a
asustar. Al invitar a alguno, se guardaba muy bien
de decir que se trataba de una Orden religiosa. Si
él hubiese hablado claro, <>, dijo aquella noche uno de sus hijos
mas adictos, don Julio Barberis. Incitaba a ser
aspirantes valiéndose de expresiones como ésta:
<<->>Tú quieres a don Bosco?... ((**It11.267**))
>>Quiéres ser clérigo en el Oratorio?... >>Te
gustaría ayudar a don Bosco con el tiempo, y
trabajar con él:... íHay tanto que hacer! Aunque
fueran muchos los sacerdotes y los clérigos que se
quedaran en casa, habría trabajo para todos>>.
Generalmente los más antiguos quedaron
conquistados de este modo espontaneo y afectuoso;
don Bosco había recibido del Señor la gracia de
cultivar en ellos con gran amabilidad este
sentimiento, sin la mas remota sombra de lo que
hoy se llamaría violencia moral.
(**Es11.230**))
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