((**Es11.229**)((**It11.265**))
CAPITULO XI
MAS NOTICIAS SOBRE LA VIDA
DEL ORATORIO EN EL 1875
ESTUDIANTES y aprendices no constituían toda la
familia del Oratorio. Vivían en él, además, bajo
el régimen paternal de don Bosco, novicios y
profesos en buen número. Ver cómo don Bosco
lograba amalgamar elementos tan dispares será el
objeto de este capítulo sobre la vida del
Oratorio. Pero quedaría incompleto, si antes no
habláramos de los aspirantes, procedentes en su
mayoría del Oratorio.
1. Los aspirantes
A juicio del Ordinario de Turín, don Bosco se
gloriaba de dotar a la diócesis de jóvenes
preparados para el estado clerical, cuando en
realidad lo que hacía era atraer gran cantidad de
jóvenes de todas las diócesis y, después de
cernerlos <> 1, elegía y se quedaba
los mejores, para enviar los menos idóneos a las
diócesis de origen 2.
Cómo compaginar esto con el chismorreo sobre la
ineptitud de los elementos salesianos, averigüelo
Vargas 3. El caso era que en el Oratorio se le
presentaban a don Bosco ocasiones providenciales
para magníficas conquistas y él no las dejaba
escapar.
La víspera de la Inmaculada, en aquella media
hora después de cenar, que solía dedicar a
intimidades con algunos de los suyos, manifestó su
propio convencimiento, el cual explica, a quien dé
una mirada retrospectiva ((**It11.266**)) sobre
los antiguos salesianos, cómo el Oratorio haya
dado tantos miembros a la Pía Sociedad.
1 Cedazo: en el texto original dice
<>. Nos pareció más fácil y corriente
<>, y así lo pusimos. (N. del T).
2 Del párrafo de una carta del citado
Ordinario, que el abogado Menghini refería a don
Bosco en una suya del 8 de septiembre de 1875.
3 Traducción libre de <>,
para cuando una cosa es difícil de averiguar. Tuvo
origen de don Francisco de Vargas, alcalde de
corte, por ser esta frase la fórmula de que Isabel
la Católica se valía en sus decretos cuando le
mandaba informar sobre algún hecho, queja o
pretensión. (N. del T.)
(**Es11.229**))
<Anterior: 11. 228><Siguiente: 11. 230>