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que están siempre como los mochuelos 1. Jamás
preguntan nada. Esto no es buena señal.
-íAh! Entonces no quiero ser de estos, dijo don
Julio Barberis. La pregunta que hace mucho tiempo
quería hacerle, es la siguiente. En aquel célebre
sueño, >>vio solamente el pasado de los jóvenes, o
también el porvenir, lo que cada uno hará y lo que
llegará a conseguir?
-Sí, sí, respondió don Bosco. No solamente vi
el pasado, sino también el porvenir que se
presenta ante los jóvenes. Cada joven tenía ante
sí varios caminos, unos estrechos y espinosos y
otros cubiertos de clavos de puntas afiladas. Pero
todas estas sendas estaban cubiertas también de
gracias del Señor, e iban a parar a un jardín
amenísimo, en el que se disfrutaba de toda suerte
de delicias.
->>Con esto nos quiere decir, prosiguió don
Julio Barberis, que sabría indicarnos a cada uno
el camino que debemos seguir, esto es, cuál es
nuestra propia vocación, adónde iremos a parar y
qué derroteros seguiremos?
-Respecto al camino que cada cual ha de seguir,
dijo el Siervo de Dios, y cómo acabará, no es el
caso hablar ahora de ello.
Decirle a un joven: -Tú seguirás por el camino
de la impiedad, no es cosa que haga bien; sólo
lograría llenarle el corazón de pavor. Lo que sí
puedo decir es esto: que si ése emprende tal
camino, puede tener la seguridad de que sigue la
senda del cielo, que es para la que es llamado; y
que quien no sigue este camino, no va por un
sendero derecho. Algunos caminos son estrechos,
llenos de guijarros y recubiertos de espinas, pero
tened buen ánimo, mis queridos hijos; junto a las
espinas también está la gracia de Dios; y, por
otra parte, es tan grande el bien que nos aguarda
al final del camino, que pronto se olvidarán las
heridas.
Lo que deseo que no olvidéis es que todo esto
fue un sueño que nadie está obligado a creer. He
comprobado que todos los que me piden
explicaciones, toman bien mis avisos; con todo,
haced lo que recomendaba san Pablo: Omnia autem
probate, quod bonum est tenete. Otra cosa que
desearía que no olvidaseis es que recordéis al
pobre don Bosco en vuestras oraciones, a fin de
que no me suceda lo que dice san Pablo:
Cum aliis ((**It11.264**))
predicaverim, ego reprobus efficiar, que mientras
os predico a vosotros no suceda que yo me condene.
Yo procuro avisaros, pienso en vosotros, os
aconsejo, pero temo hacer como la clueca, que va
buscando insectos, gusanillos, semillas y toda
clase de alimentos, pero todo para sus pollitos, y
si no tiene otra comida abundante preparada para
ella, se muere de hambre. Rezad, pues, por mí al
Señor, para que no me suceda esto, sino que yo
también consiga adornar mi corazón con muchas
virtudes, de forma que pueda agradar a Dios y
podamos todos juntos ir a gozar de El y a
glorificarlo en el Paraíso. Buenas noches.
1 Don Bosco empleó el término piamontés:
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