((**Es11.215**)
por este estilo: ((**It11.248**)) si se
puede robar algo en la cocina o en el huerto, se
hace y se dice:
-Son cosas sin importancia.
Pero, aunque es verdad que, si se echa una gota
de agua en un vaso, casi no se la ve, si se sigue
echando una gota tras otra, el vaso se llena; y,
haciendo el daño de esta manera, siempre al mismo
individuo, el pecado llega a ser grave y es
necesario arrepentirse y confesarlo.
Otra cosa, que ordinariamente no se confiesa,
es el escándalo dado. Téngase en cuenta que quien
ha dado escándalo a otro con una mala acción no se
confiesa bien diciendo únicamente: <>; sino que necesita añadir que dio
escándalo.
Por desgracia, hay cosas que se callaron de
propio intento en las confesiones pasadas. No hay
aquí término medio; es necesario hacer un lavado
general para limpiar todo y dejarlo a punto.
Durante los ejercicios habrá oportunidad para
pensar en esto. Arréglese todo bien, y cada uno de
nosotros se encontrará muy contento, ya que es
seguro que para algunos éstos serán los últimos
ejercicios. Y no hace falta dárselas de profeta
para asegurarlo. Todos los años sucede así.
Siempre muere alguien en el transcurso del año y
ése no los podrá hacer de nuevo. Que todos se
animen, por consiguiente, a hacerlos bien;
estoy seguro de que no es posible describir la
alegría que a todos les producirá en punto de
muerte haberlos hecho bien. Por otro lado, aun a
los que sigan viviendo, yo les aseguro que no se
arrepentirán de haberlos hecho bien. La conciencia
tranquila es lo que causa en la vida mayor
consuelo. Quien tiene paz en su conciencia lo
tiene todo. Por el contrario, el que no la posea
>>qué suerte de felicidad podrá disfrutar jamás en
esta tierra? Aprovechad, amigos míos, esta gran
ocasión para hacer el bien a vuestras almas.
El que ya es bueno piense en hacerse mejor; el
que ya practica alguna virtud, procure con el
mayor empeño adornar su corazón con más virtudes.
Quien, por otra parte, necesite cambiar de
vida, anímese, ponga manos a la obra y haga un
propósito firme; persevere en el bien, para que en
punto de muerte se encuentre muy contento.
Mientras don Bosco descubría los líos de
algunos, don Julio Barberis, que se encontraba en
medio de los muchachos, oyó decir a dos de los
mayores:
-íNo creíamos que don Bosco supiese ya que
habíamos salido! >>Cómo se habrá enterado? íBuena
nos espera!
No era raro que los culpables tuvieran tan
desagradables sorpresas.
Creían que ni el aire se había enterado; pero don
Bosco lo sabía todo.
El último día de los ejercicios, don Bosco
estuvo confesando hasta muy tarde, por lo que
llegó a la cena con bastante retraso. Uno de los
predicadores, ((**It11.249**)) don
Francisco Dalmazzo, que también había confesado a
muchos, exclamó:
-íVaya jornada completa!
Don Bosco le replicó:
-Me gusta que, particularmente durante los
ejercicios, haya muchos
(**Es11.215**))
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