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En la tarde del 30 de mayo comenzaron los
ejercicios espirituales para los aprendices. Don
Bosco fue a hablarles a ellos solos, después de
las oraciones.
((**It11.247**)) 30 de
mayo. Anima a los aprendices a hacer bien los
ejercic ios espirituales, les aconseja sobre las
salidas sin permiso. Lo que se ha de pensar
durante los ejercicios: cuentas a arreglar.
Estoy muy contento cuando puedo hablaros alguna
que otra vez por separado, y además de esto, por
varios motivos más.
Primero, porque siempre disfruto viendo a mis
queridos hijos. Después, por veros a vosotros, los
aprendices, de un modo especial, y más aún, al
veros en esta ocasión, cuando comenzáis los
ejercicios espirituales.
Sé que estáis contentos y que la mayor parte de
vosotros tiene verdadera voluntad de hacerlos
bien; esto me proporciona un auténtico placer. Se
presenta una oportunidad para haceros santos: no
la dejéis escapar. Pero me veo obligado a decir
que esto sólo se refiere a la mayor parte de
vosotros, porque efectivamente hay algunos que no
quisieran ni oír hablar de ellos y, si pudieran,
ni los harían. íPobrecitos! No saben lo bueno que
es hacer los ejercicios espirituales. Pero estos
tales deben estar atentos porque quizá sea preciso
que pongamos a alguno de patitas en la calle,
antes de que terminen los ejercicios. De algunos
se espera que cambien radicalmente, porque de otro
modo también será preciso despedirlos poco
después.
Hay quienes verdaderamente quieren sembrar
cizaña y no hay medio alguno para que abandonen
las malas conversaciones y las obras diabólicas.
Me entristece mucho que hasta esta misma tarde
haya habido que lamentar faltas y que alguno haya
salido de casa sin permiso. Quizá en otro sitio, a
estos tales, ni siquiera se les permitiría pasar
la noche en casa, lo que, por otra parte,
merecerían. Pero no quiero tratar de este asunto
por el momento. íPiensen ellos que han cometido
una acción muy mala!
Mientras tanto, aquí tenéis tres puntos a
considerar durante los ejercicios espirituales.
Son: el pasado, el presente y el futuro.
Por lo que toca al pasado, todavía habrá
alguien que necesite revisar y ajustar su
conciencia; que no deje pasar la ocasión, hágalo
ahora. Para el presente hay firmes resoluciones
que tomar y procurar sinceramente ponerse en
gracia de Dios. Para el porvenir hay que pensar en
la vida que se deberá elegir y poner los medios
necesarios para llegar a donde nos hemos
prefijado.
Decía que debemos pensar mucho en las cosas
pasadas. Hay que revisar un poco las confesiones;
porque creedme: 1.° Lo más frecuente es que se
olviden cosas, que después se dejan pasar y ya no
se vuelve a pensar más en ellas. 2.° Hay cosas en
las que todavía no se pensó, creyendo que no
encerraban ningún gran mal, y que, sin embargo,
son verdaderas ofensas al Señor. Y hay que
recordarlas, arrepentirse de ellas y confesarlas.
Por ejemplo: hay quienes no daban importancia a
muchas cosas que hacían desde pequeños contra la
modestia. Otros robaron, poco cada vez, y dicen:
-Esto no es pecado mortal.
Se roba, por ejemplo, un paquete de café, se
rompe un vidrio, o se estropea alguna cosa y se
dice:
-Nadie me ha visto.
Y no se devuelve. íPero os ha visto Dios! Ha
sido un daño que habéis causado. Otro estropea
unos trabajos, o los hace a ocultas para sí mismo.
Y se continúa obrando
(**Es11.214**))
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