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27 de mayo. Palabras de don Bosco en la fiesta del
<>.
-Hoy es una de las más grandes solemnidades que
celebra la Iglesia. íEl Corpus Christi! Quisiera
que cada uno de vosotros hiciese una promesa al
Señor como testimonio de agradecimiento por el
gran don que nos hizo, entregándose a sí mismo
como alimento de nuestra alma. Y que le
prometierais dos cosas:
1.° Hacer frecuentes y buenas comuniones.
2.° Procurar adornar vuestro corazón con
hermosas virtudes, alejando todo vicio, para que
Jesús pueda llegar hasta vosotros y encontrarse a
gusto en vuestro corazón.
Y continuó explicando con mucha unción estos
dos puntos.
((**It11.246**)) 28 de
mayo. Hacer bien los seis domingos de san Luis;
pedirle al Santo la virtud de la modestia;
invitación especial a los pilluelos.
Pasado mañana, mis queridos amigos, empiezan
los seis domingos en honor de san Luis. Ya sabéis
que podéis ganar una indulgencia plenaria cada
vez, todos los que, confesados y comulgados,
hagáis una oración según la intención del Sumo
Pontífice. Para la exacta observancia de esta
devoción en honor de san Luis, se seguirá el mismo
plan del año pasado, esto es, se hará la lectura
públicamente, y en la iglesia tal y como se
encuentra en el Joven Cristiano. Advierto sin
embargo, que no es imprecindible hacer las
oraciones y ejercicios tal y como allí aparecen
impresos. El que crea que es más cómodo o
conveniente hacer otros ejercicios puede hacerlos,
como por ejemplo: recitar los gozos de la
Santísima Virgen, el oficio parvo, o los salmos
penitenciales; éstos pueden lucrar igualmente la
indulgencia plenaria. Las oraciones que hay en el
libro no son más que directivas para que haya
uniformidad cuando se hacen en público. Si no hay
una causa para cambiar lo establecido, la fiesta
se celebrará el domingo 27 de junio.
Animémonos a celebrar verdaderamente bien estos
domingos. Y como san Luis es el especial protector
de la virtud de la modestia, consagremos a él esta
virtud y pongamos en juego todos los medios para
guardarla sin mancha. Hemos celebrado hace poco la
fiesta de María Auxiliadora y se han tomado en
esta ocasión muchas buenas resoluciones;
mantengamos, pues, nuestro entusiasmo para ofrecer
intacta al Señor nuestra azucena.
Pero, mientras la mayor parte de vosotros
estáis tan animados a hacer el bien, deseo que
desaparezca esa otra pequeña porción que
desgraciadamente hace daño, porque permanece
indiferente y continúa con sus malas
conversaciones. Algunos están a punto de inclinar
la balanza; se les va aguantando para que puedan
terminar el curso y no pasen el bochorno de
despedirlos y ponerlos de patitas en la calle.
Pero sabed que en estos casos mi conciencia no
puede pasar más allá de un límite. Si se llega a
saber que se sostienen malas conversaciones o se
cometen acciones contra la virtud de la modestia,
no habrá tolerancia; me veré obligado a alejarlos
del Oratorio, para que no contagien a los demás.
Imiten estos pocos los ejemplos de la mayoría y
comiencen de una vez a portarse bien de verdad.
Dad esta satisfacción al pobre corazón de don
Bosco, para que no se vea obligado a despedir, muy
a pesar suyo, a ninguno de vosotros. Proporcionad
también esta alegría a san Luis y, así, vosotros
estaréis también más contentos. Más contentos
durante la vida y más contentos en punto de
muerte, porque seréis llamados a tomar parte de la
bienaventuranza que goza san Luis como premio a
sus virtudes.
(**Es11.213**))
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