((**Es11.191**)
aprecio, ya no los estudian. Se puede añadir lo
que les falte, dictándolo; mas sin criticarlos
jamás>>.
>>Se estudiaba, pues, o no se estudiaba en el
Oratorio? ((**It11.219**)) La
antigua fama decía que sí. Pero en agosto de 1875
el Ordinario de Turín escribía a Roma estas
líneas, después de unos exámenes tenidos en el
seminario para la imposición de la sotana:
<> 1. Esto
significa que con los puntos suficientes en todas
las materias.
Parece que Monseñor no estaba bien informado.
Observaremos, ante todo, que aquellos jóvenes
oscilaban entre los 16 y los 21 años, según
resulta de los registros. Pero, además, los
registros del Seminario nos hacen saber que aquel
agosto se presentaron, procedentes del Oratorio de
don Bosco no nueve, sino siete candidatos, tres de
los cuales fueron admitidos, dos quedaron
pendientes para 1876 y otros dos fueron
rechazados. Dos de los admitidos habían aprobado
el quinto curso de bachillerato (o gimnasio) y uno
llevaba ya el diploma del grado de bachiller. Los
otros cinco eran del cuarto curso. A la verdad,
hay que añadir que los registros del Oratorio
señalan uno más, del cuarto curso, que también se
presentó a examen en el seminario; pero aparece
como alumno de quinto curso, en los registros de
la academia privada del profesor Ferrero, donde él
había querido completar privadamente el grado
durante las vacaciones. Fue admitido.
Aún hay algo que añadir con relación a este
último. Su familia era de Chieri, pero él había
nacido en Turín; era muy piadoso, estaba dotado de
gran talento y aspiraba al sacerdocio. Su madre,
que a toda costa quería librarlo de los peligros
de las escuelas públicas, obtuvo que ingresara en
el Oratorio como alumno externo. Don Bosco lo
apreciaba. Después de los cuatro primeros cursos,
vistió la sotana en otoño de 1875, y sólo
permaneció en el seminario un año, porque se
sintió llamado a vida más perfecta. ((**It11.220**)) Fue el
padre José Chiaudano, predecesor del padre Rosa en
la dirección de la Civilt… Cattolica.
Si hubo impedimentos de conducta, está claro
que se referían solamente a los dos rechazados.
Pero no es probable que existieran, porque en los
mismos registros consta que los dos tenían sus
certificados en regla; basta, por otra parte, dar
una ojeada a las calificaciones del
1 Este período está tomado de una carta del
abogado Menghini a don Bosco, 26 de agosto de
1875.
(**Es11.191**))
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