((**Es11.165**)
<>Conserve, pues, el rescripto que le (sic)
devuelvo, porque de lo contrario no podrá hacer
uso de él.
((**It11.188**)) >>Si
usted me indica que los cinco que elegirá para ser
ordenados necesitan dispensa de edad,
adviértamelo; yo presentaré esta petición, que le
(sic) podré obtener con la del extra tempora... Y
para los demás envíe usted las dimisiones al
Arzobispo de Turín>>.
Precisamente por aquellos días habían llegado
al Padre Santo las reclamaciones de los Ordinarios
de Turín y de Ivrea contra la obra de María
Auxiliadora. En Roma, como se verá por el resto de
este capítulo, se temía agriar la discordia y
comprometer a la autoridad episcopal. >>Qué podía
hacer don Bosco? Armarse de paciencia y
contentarse con lo poco obtenido. Y así lo hizo.
Se apresuró, pues, a enviar dos instancias, una
invocando la dispensa apostólica de edad canónica
para tres 1, y otra, pidiendo el indulto
apostólico del extra tempora para los cinco
elegidos 2.
Sanctitas Sua benigne annuit una y otra gracia
el 27 de agosto.
Aquel mismo mes celebraron los miembros de la
Comisión cardenalicia una Congregación
preparatoria, en la que se leyó la relación a modo
de instancia, presentada por don Bosco. La
historia de la concesión de privilegios per
communicationem esbozada brillantemente en ella
despertó una impresión maravillosa. Leía monseñor
Bianchi, poco favorable a las cosas de los
Salesianos, mas, por otra parte, hombre recto y
ajeno a todo partidismo. Los Cardenales,
persuadidos de que aquel escrito era obra del
abogado Menghini, interrumpían de vez en cuando la
lectura con signos y palabras de encomio. Monseñor
Bianchi
1 Riccardi, Borio y Farina.
2 A más de los tres anteriores, Cassinis y
Leveratto.
(**Es11.165**))
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