((**Es11.162**)
Estamos en óptima relación con los párrocos y
los obispos, de tal modo que podemos considerarlos
a todos como protectores y bienhechores en cuanto
es compatible con su autoridad. Sólo hay que
exceptuar a un Ordinario, con quien también se
espera poder recuperar la buena armonía apenas se
resuelva a manifestar qué motivos le han inducido
a mostrarse contrario. Alguno, asimismo, ha
preguntado si hay salesianos que abandonen la
Congregación y ocasionen ((**It11.184**))
disturbios en sus diócesis.
Puedo responder que hasta ahora han sido
poquísimos los que salieron durante el tiempo de
prueba, pero no hay constancia de que ningún
salesiano profeso perpetuo haya salido después;
por consiguiente, no puede afirmarse que alguno
haya ocasionado disturbio en ninguna diócesis.
Ha sucedido alguna vez que jóvenes, no
pertenecientes a la Congregación, sino que
simplemente fueron internos o alumnos de nuestras
casas, no hayan correspondido a quien intentó
incribirlos en su clero; pero nosotros no podemos
hacernos responsables de la vocación ni del buen
resultado de los alumnos, una vez que salieron de
nuestros internados o colegios y vuelven a sus
respectivas familias o pasan a otros colegios o a
un seminario diocesano.
Para lo demás, me remito a cuanto se expuso el
año pasado en la situación para la definitiva
aprobación de nuestras Constituciones.
2.¦ Aclaración
Desde que el año pasado se dignó Su Santidad
aprobar nuestras Constituciones, se me ha
aconsejado que solicite específicamente, no la
comunicación, sino los Privilegios, facultades y
gracias espirituales necesarias para que una
Congregación Eclesiástica pueda conservar su
autonomía y conseguir su fin, que es promover la
mayor gloria de Dios. En la práctica he encontrado
muchas dificultades.
1.° Al no saberse preventivamente lo que puede
ocurrir, hay que esperar a que se presente la
necesidad, y por tanto algún inconveniente antes
de conocerla y, una vez conocida, referirla al
Superior para que solicite la oportuna facultad. Y
esto si se puede hacer para una casa determinada,
resulta bastante difícil en una Congregación que
cuenta ya dieciocho casas e iglesias abiertas en
distintas diócesis.
2.° Dado que no se conocen las Congregaciones a
las que hay que dirigir la petición, por lo
general transcurre un tiempo notable antes de
recibir la adecuada contestación.
El año pasado presenté algunas peticiones de
cosas que me parecían necesarias; mas, después de
un carteo que duró un año, debí trasladarme a Roma
para asesorarme con una persona práctica que me
indicara las oficinas a las que debía dirigirme.
3.° Se consigue con dificultad lo que se pide;
pedí a la Sagrada Penitenciaría facultades, que
generalmente tienen todas las Congregaciones, y se
me negaron. En otras Congregaciones se nos
concedieron unas facultades útiles, pero rehusaron
otras que se consideraban de verdadera necesidad,
como, por ejemplo, la facultad de conservar y leer
libros prohibidos y la de dar la bendición papal
in artículo mortis a los propios socios. En otras
Congregaciones se modificaron las súplicas de tal
modo que el favor concedido ya no cumplía su fin.
Por ejemplo, se solicitó la facultad de poder
celebrar ((**It11.185**)) la
santa misa una hora antes de la aurora y una hora
después del mediodía. Fue concedida, pero tan sólo
para el tiempo de Misiones, cuando la necesidad
puede presentarse cada día.
4.° A más de las dificultades mencionadas
también está la del gasto que suponen
(**Es11.162**))
<Anterior: 11. 161><Siguiente: 11. 163>