((**Es11.160**)
conveniant ac regulari observantiae non sint
contraria. Añádase, además, que como tales favores
se conceden exclusivamente por la Santa Sede,
también puede ella libremente modificarlos e
incluso revocarlos, siempre que lo considerara de
mayor bien para aquéllos a los que se habían
concedido>>.
La motivación para las dimisorias absolutas es
bastante más expeditiva, pues se reduce a poner de
relieve el hecho de <>. A lo que se añade
la necesidad urgente de <>.
Don Bosco termina con una súplica y una
aclaración. <((**It11.182**))
provecho de una Congregación que se puede decir
está naciendo y necesita de toda ayuda material y
moral, de consejo y de dirección.
>>Yo, por tanto, me declaro de antemano
satisfecho de cualquiera de sus deliberaciones y
todos los salesianos procurarán demostrar su
gratitud invocando cada día las bendiciones del
Cielo sobre sus eminentísimas personas, a fin de
que Dios les conserve largos años de vida, para
gloria de la Iglesia y bien de la Congregación
Salesiana, que les considerará siempre como padres
benévolos e insignes bienhechores>>.
Antes de salir de Roma, fue don Bosco a visitar
a los Cardenales de la Comisión. Todos le
parecieron benévolos con la Congregación Salesiana
y le aseguraron que, de acuerdo con los deseos del
Papa, no habría ningún impedimento. En efecto, con
la simple aceptación de las instancias el Padre
Santo había manifestado su voluntad de conceder la
gracia.
Don Bosco dejó como representante suyo en Roma
al abogado don Carlos Menghini, conocido ya como
sumista de la Congregación de Obispos y Regulares,
asistido además por el bonísimo monseñor
(**Es11.160**))
<Anterior: 11. 159><Siguiente: 11. 161>