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Yo deseo que V. S. haga buen papel y que nadie
pueda decir: es una mezquindad. Porque como está
empeñado el honor de una Congregación naciente, es
mi intención no ahorrar personal ni gastos, que
puedan contribuir al éxito de nuestra empresa.
Ruégole, por fin, me dé todos los consejos que
considere del caso y que presente de mi parte mis
humildes y respetuosos saludos a los señores de la
Comisión fundadora, que tan bondadosamente se
dignaron escribirme.
Que Dios le colme de sus bendiciones; ruegue
por mí, que con verdadera gratitud tengo el honor
de profesarme.
De V. S. carísima
Turín, 12-8-1875.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Cuando don Bosco ponía mano a una empresa, que
él estimaba como querida por Dios, se comportaba
como dice el proverbio: <((**It11.152**)) que
Dios te ayudará>>. O mejor aún, se regulaba por la
máxima de san Ignacio: En el curso de tu obra
actúa como si todo dependiera de ti, y, terminada
ésta, dale gloria a Dios como si tú no hubieras
entrado en ella para nada. Por ello se aplicaba a
la consecución de medios llamando a todas las
puertas. Así, para preparar la expedición no
olvidó al Cardenal Prefecto de Propaganda, sino
que se encomendó a él de veras para obtener
abundancia de favores espirituales y ayudas de
orden material.
Eminencia Reverendísima:
Humildemente recurro a V. E. para que se digne
hacerme de padre y protector en el asunto que, con
todo respeto, tengo el honor de exponerle.
Con la bendición del Padre Santo, previas las
gestiones necesarias con el Arzobispo de Buenos
Aires y con el municipio de San Nicolás de los
Arroyos, la Congregación Salesiana acordó abrir un
hospicio en aquella capital y un colegio en San
Nicolás, en favor de las Misiones, y hacerse cargo
de unas escuelas públicas con iglesia en favor de
aquellos ciudadanos.
Y se ha fijado una primera expedición de diez
salesianos, para últimos del próximo octubre, y, a
no tardar mucho, deberá partir otra expedición
igual. Y, siendo ésta la primera vez que abrimos
casas en las misiones extranjeras, me dirijo a V.
E. Rvma. suplicándole:
1.° Se digne conceder a la Congregación
Salesiana, definitivamente aprobada el 3 de abril
de 1874, todos los favores, gracias espirituales y
privilegios que la Santa Sede acostumbra otorgar a
los religiosos que van a las misiones extranjeras,
ya considerados como individuos, ya como casas
religiosas que son las salesianas.
2.° Esta Congregación, aunque provista
actualmente del personal necesario dado que se
encuentra todavía en sus principios, se halla
privada en absoluto de bienes materiales; por
tanto, encontrándose en grave necesidad, suplica a
V. E. se digne proporcionarnos algunos subsidios
en dinero, libros, especialmente en español, para
(**Es11.135**))
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