((**Es11.129**)
Pero no cesemos de elevar frecuentes plegarias
al trono del Señor para que podamos practicar las
virtudes de la paciencia y de la mansedumbre. Así
sea.
Creedme siempre en Jesucristo,
Turín, 5 de febrero de 1875.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D.-EI señor Director lea y explique esta
carta a los salesianos que pertenezcan a esa casa.
El parroco de San Nicolas de los Arroyos, don
Pedro Ceccarelli, había contado a don Bosco todo
un mundo de cosas buenas sobre un venerando
anciano de su parroquia, que se llamaba José
Francisco Benítez, impaciente por ver a los
Salesianos en su patria 1.
Tres días antes de enviar la circular a las
Casas, don Bosco le había escrito esta bonita
carta:
((**It11.145**))
Excelencia:
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté
siempre con nosotros.
Son muchas las personas de la República
Argentina, especialmente el señor comendador don
Juan Bautista Gazzolo, las que me han hablado de
la gran caridad y la sincera adhesión a la Santa
Sede de V. E. y de su mucho celo por todas las
cosas de la religión.
Bendito sea Dios por todo y que El conceda a V.
E. largos años de vida feliz para bien de nuestra
santa Madre Iglesia.
El doctor Ceccarelli, mi antiguo amigo, me ha
ponderado la protección especial que se digna
conceder a los salesianos que irán destinados a
esa nueva casa de San Nicolás. íQué dulce rasgo de
la Providencia! Su Excelencia lleva por nombre
Francisco y toma bajo su paternal protección a la
Congregación de San Francisco de Sales. Yo se lo
agradezco de corazón y desde este momento pongo
una especial intención por la que V. E. pueda
participar de todas las misas y de todas las
oraciones que los religiosos Salesianos han de
hacer en común o en privado. Además, tendré en la
santa misa un memento particular por la
conservación de los días de V. E.
Y como nuestra Congregación está principiando y
tiene en proyecto la fundación de muchas casas y
colegios, humildemente nos encomendamos todos a su
caridad por el amor de Nuestro Señor Jesucristo.
Dios nos bendiga a todos y nos conceda la
gracia de poder caminar por los senderos del bien
hasta encontrarnos reunidos un día junto al Padre
Celestial en la Patria de los bienaventurados. Así
sea.
1 CHIALA, De Turín a la República Argentina,
págs. 20-8 Tipografía salesiana, Turín, 1876.
(**Es11.129**))
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