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bendición especial. Las cosas particulares se
((**It11.127**)) las
comunicaré personalmente en Varazze o en
Albissola. Salúdala de mi parte y dile que rezo
por ella y que me encomiendo a sus oraciones.
Me gustaría que el día de san José escribieras
un telegrama poco más o menos así:
<>Superiores, alumnos Colegio Varazze piden
Señor le conceda salud y vida feliz>>.
Tu vero in omnibus, Francesia, labora, opus fac
Evangelistae, Sanctifica et Salvifica te et tuos
et dic ut omnes ad Deum preces fundant pro me.
Amen.
Roma, 12-3-1875.
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D.-Para don Tomatis: que parece que los
Carlistas van adelantando.
P. D.-EI lunes, Dios mediante, saldremos con la
esperanza de celebrar la Pascua en el Oratorio.
La primera posdata requiere un comentario.
Desde 1872 a 1876 anduvo España envuelta en la
guerra civil entre carlistas y alfonsinos. Don
Carlos se presentaba como paladín del catolicismo
íntegro y contra don Alfonso, de ideas liberales;
de ahí nació que en todas partes tenía entusiastas
simpatizantes, que seguían apasionadamente sus
visisitudes. También en el Oratorio había algunos
defensores entusiastas de su causa, lo que
originaba discusiones apasionadas, y las noticias
de sus derrotas causaban verdadera consternación.
Don Pedro Guidazio, alma generosa, cuando llegó la
noticia de la derrota, lleno todavía de
esperanzas, pasó la noche entera en la iglesia. Se
sabía que tiempo atrás, estando don Carlos en
Roma, había ido varias veces a ver a don Bosco, y
que, de paso por Turín, para comenzar la guerra,
había ido al Oratorio para hablar con él.
Precisamente en los días en que don Bosco se
encontraba en Roma debía partir para Madrid el
Nuncio de Su Santidad monseñor Simeoni, cuando
todavía duraba la contienda en el norte de España.
Los partidarios de don Carlos veían en el envío
del Nuncio un golpe mortal para los carlistas.
Don Bosco, que habló en varias ocasiones con
monseñor Simeoni sobre estos asuntos, le preguntó
((**It11.128**)) qué
pensaba hacer en Madrid y el Prelado le respondió
que llevaría consigo dos credenciales del Padre
Santo; una dirigida a don Alfonso y otra en
blanco, para poder poner en ella otros nombres y
otras cosas, si no se encontrase don Alfonso en el
Trono y prevaleciesen los carlistas o los
republicanos.
El 2 de junio de 1875, don Bosco dijo a don
Francisco Dalmazzo y a algunos más que hablaban
con él después de la cena:
(**Es11.115**))
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