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Berardi, con quien sostuvo don Bosco una
conversación de casi dos horas. El Cardenal fue
tan exquisitamente cortés que le acompañó hasta la
escalera. Por el camino dijo don Bosco a don
Joaquín Berto:
-Me ha contado el cardenal Berardi que un día
le dirigió el Padre Santo estas mismas palabras:
-<<>>Sabéis, Eminencia, quién es el que nos ha
regalado al Arzobispo ((**It11.113**)) de
Turín?
>>-No, Santidad.
>>-Es don Bosco, >>sabéis?; y íahora lo está
pagando bien!>>.
No fue ésta la única vez que don Bosco, como
para su propia confusión, recordó el
encumbramiento de monseñor Gastaldi desde la sede
episcopal de Saluzzo a la metropolitana de Turín.
Efectivamente, fue él quien impulsó vivamente esta
promoción, esperando tener un válido auxilio para
sus obras, dada la antigua amistad que los unía;
pero, con toda humildad confesaba que no había
agradado a Dios aquella confianza en el hombre.
Por el mismo Cardenal llegó a saber otra cosa. El
Ordinario de Turín había escrito otras dos cartas
a cuenta de los Salesianos, una a él y otra de
dieciséis grandes páginas al Papa. Apenas leyó el
Padre Santo la suya, se la pasó al cardenal
Berardi, ordenándole que se la diera a conocer a
don Bosco. En las conferencias de abril, a que
antes aludimos, dio don Bosco a leer ambas cartas
a los Superiores del Capítulo; y el secretario
dejó esta impresión en el acta: <>.
Dedicaron los días 20 y 21 a visitas. Por la
tarde del 21 don Bosco cumplió la invitación de
los Vitelleschi.
Su primer pensamiento, al llegar a Roma, había
sido pedir una audiencia privada al Padre Santo.
Hizo llegar la petición a monseñor Ricci, Maestro
de Cámara, y la mañana del 19 recibió rápida
respuesta concediéndosela para el día 22 a las
once.
Don Bosco se presentó, como de costumbre, con
la papeleta donde anotaba lo que había de decir,
expresado con fórmulas nemotécnicas. Doce
anotaciones llevaba; las más inteligibles, hoy,
eran la primera: <>; y la última: <>, para los salesianos, sus alumnos y
sus respectivas familias>>. Al presentar al Papa
los sentimientos de todos los suyos, quería
conseguir para todos la manera de poder aumentar
en ellos el amor filial al Vicario de Jesucristo.
La audiencia duró una hora y cuarto. Mientras
bajaban la escalinata, dijo don Bosco a don
Joaquín Berto:
-El Papa nos ha concedido ((**It11.114**)) dos
cosas importantes: una, todos
(**Es11.103**))
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