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((**Es11.101**) exención del impuesto gubernativo de cuarenta liras trimestrales, con las que estaban gravadas normalmente aquellas concesiones. El año anterior le había importado tal impuesto una cantidad mayor que la que hubiera pagado comprando el billete a su precio 1. Por el camino advirtió que, a causa de sus mil preocupaciones, se había olvidado en Turín de algunas cosas. Por eso, apenas llegó a Génova, escribió a su secretario particular y compañero de viaje, don Joaquín Berto, que debía unirse a él llevando hasta el Hospicio de San Pier d'Arena al joven Mantelli 2. Carísimo Berto: He sufrido algunos olvidos, que tú remediarás. 1.° Tráeme la Guía-Horario del Ferrocarril y los opúsculos franceses que tratan de las escuelas apostólicas. 2.° Pasa el martes a hablar con el teólogo Chiuso y con el teólogo Audagnotto y diles: que don Bosco está en Génova y desde allí, para ahorrarse viajes, partirá para Roma. Que si, por acaso, S. E., el señor Arzobispo tuviese algún encargo que yo pudiere hacer, tú me traerías cualquier carta o paquete. Además, si fuere oportuno, harás alusión a los motivos que me llevan a Roma: la misión en la República Argentina y otra más en Australia, de la que debo tratar con Propaganda Fide. Otra razón ((**It11.111**)) es la de dos cartas y un telegrama de una persona benemérita gravemente enferma. También será bueno que traigas esas dos cartas y la propuesta de Buenos Aires y de San Nicolás. Vale in Domino et valedic. Afmo. en Jesucristo JUAN BOSCO, Pbro. P. D.-Dí también a don Miguel Rúa que me comunique, vez por vez, el nombre de los favorecidos por la suerte para la comida escolar, etc. Escuelas Apostólicas se llamaban en Francia las recientemente instituidas por el padre De Foresta, para fomentar las vocaciones eclesiásticas entre la clase humilde. La persona enferma y benemérita podía ser la Madre Galeffi, Presidenta de Tor de' Specchi. Es de advertir el ingenioso y respetuoso expediente inventado por don Bosco para impedir que de ningún modo se pudiera considerar como clandestino su viaje a Roma y luego se fantaseara sobre otros motivos ocultos. Nótese también cómo don Bosco, aunque ausente y preocupado por asuntos del máximo interés, no perdía de vista las cosas lejanas y de escasa 1 Apéndice, documento n.° 11. 2 La carta no lleva fecha, mas su contenido no permite emplazarla en otro lugar. (**Es11.101**))
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