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propios, ya con otros, enviar alumnos al Colegio
de Valsálice, con tal de que estén en situación
más bien acomodada y puedan pagar, al menos, una
buena parte de la pensión.
3. Se encareció a los Directores que se
informara mensualmente de la marcha higiénica,
económica, escolástica y especialmente moral del
Colegio, observando los detalles sobre la conducta
del personal, ya sea en bien, ya en mal, a fin de
que sirva de norma al Capítulo Superior para
conocer a los miembros de la Congregación.
4. Como no siempre es posible tener personas
del todo preparadas para cubrir los cargos que
quedan vacantes en cada colegio, los Superiores de
cada Casa deben industriarse para formar el
personal docente, de asistencia y de servicio,
etc., y, dentro de lo posible, no despedir a
ninguno, a no ser por graves motivos, como faltas
contra la moralidad, la fidelidad, etc.
5. Se renovó la recomendación de dar en cada
casa dos conferencias al mes a los miembros de la
Sociedad, una siempre sobre el reglamento de la
misma.
6. Obsérvese uniformidad en todas las casas en
cuanto a los textos que se emplean en las
escuelas. Para este fin se proyectó hacer cada año
en las conferencias de otoño una especie de
programa sobre las enseñanzas a impartir, y los
libros a emplear. Entre tanto, y concretando, don
Bosco hizo notar que la Historia de Italia ha sido
adoptada en muchos colegios, por lo que
recomendaba se empleara también en nuestras
escuelas. Recomendó también se usaran como
lecturas recreativas las Lecturas Católicas, la
Biblioteca de la Juventud, y especialmente los
volúmenes comentados por alguno de la
Congregación, dando de lado a las novelas y
libros, que pueden ser peligrosos, y no
permitiendo que se difundan ((**It10.1068**)) en
nuestras Casas los libros que no han sido
aprobados por la Congregación.
7. Envíense cada trimestre las facturas de las
deudas, y pague cada Casa las suyas a las diversas
administraciones del Oratorio y a nuestras Casas,
indicando la factura que se quiera pagar; pero
hágase la entrega a los respectivos prefectos; si
queda algún sobrante, entréguese prontamente al
Prefecto del Capítulo Superior.
8. Guárdese uniformidad en el horario y en los
reglamentos, hasta donde sea posible, y cuando sea
necesario introducir alguna modificación, trátese
el asunto con don Bosco o con quien hace sus
veces, si es posible.
9. Cuide cada Director de hablar o escribir,
con mes y medio o dos meses de antelación, sobre
aquéllos que han de ordenarse, después de tratar
el asunto en el Capítulo de la Casa y oír su
parecer.
10. Dar comodidad, hasta donde se puede, a los
sacerdotes para estudiar la moral y examinarlos
cada año.
11. Guárdense especiales atenciones con los
miembros que tienen méritos especiales, tanto en
los viajes como en las diversas circunstancias de
la vida y particularmente en las enfermedades. Si
necesitaren ir a pasar una temporada en familia,
procúrese, por cuanto sea posible, que no le
sirvan de excesivo gravamen, sobre todo si la
familia se encuentra en estrecheces; por
consiguiente, de acuerdo con el Rector Mayor o el
Capítulo Superior, proporciónenseles los subsidios
que se consideren necesarios.
12. En cada Casa el Prefecto o el Ecónomo es el
encargado de la moralidad de las personas del
servicio doméstico y de la vigilancia sobre el
cumplimiento de sus deberes; y por eso haga lo
posible por atenderlos para que cumplan los
deberes religiosos y todas sus incumbencias.
13. Concéntrese en el Director los informes
sobre la conducta de los alumnos; y
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