((**Es10.980**)
>>A continuación don Francisco Dalmazzo,
Director del Colegio para nobles de Valsálice,
dijo que en la casa por él dirigida sucedía lo
contrario; pues era escasísimo el número de
alumnos, ya que no eran más que veintidós y en
cambio el local era amplísimo. Sin embargo y pese
a la aridez del terreno, poco conocido todavía, ya
se había obtenido algún buen resultado y se habían
recibido algunos consuelos. También él terminó
encomendándose a las oraciones de todos.
>>Por último habló don Domingo Pestarino,
director de las llamadas Hijas de María
Auxiliadora. Dijo que también allí marchaban muy
bien las cosas. Sólo les faltaba una Superiora,
pues todavía no había sido elegida, y terminó con
la acostumbrada recomendación de que también él
necesitaba de las oraciones de los Hermanos.
>>Terminado el informe de las casas, tomó la
palabra don Bosco:
>>->>Qué nos dirá ahora don Bosco? Os
preguntaréis. íAh! tendría tantas cosas que
deciros y tendría tanto gusto en decíroslas, que
os estaría hablando hasta mañana por la noche.
Pero otras ocupaciones no me lo permiten y además
no querría haceros perder la cena. Queridos míos,
nuestra Sociedad florece; pero atravesamos tiempos
muy críticos, especialmente para el abastecimiento
de víveres. Por eso recomiendo constantemente que
se tenga cuidado en no echar a perder nada, y
hacer economía en todo. No quiero decir con esto
que os paséis los meses sin comer o que no comáis
lo suficiente, no, no; ni que introduzcáis cambios
en las acostumbradas comidas. Deseo que cada cual
coma lo que necesita y no más, y que no se eche
nada a perder. Y lo que digo sobre la comida,
quiero decirlo también de todo.
((**It10.1066**)) >>Por
eso ruego muy encarecidamente a todos, que se
vigile en las casas para que no se malgaste nada
en los vestidos, no se derroche en los viajes; en
suma, que se haga en todo la mayor economía
posible. Os lo encarezco muy de veras.
>>>>Y qué será lo más importante que don Bosco
querrá recomendarnos para nuestra Sociedad? Lo
podéis imaginar. Es la observancia exacta de las
reglas. Sí, la observancia exacta de las reglas.
Si observamos las reglas, agradaremos a Dios (pues
nadie debe obrar bien para agradarme a mí o a
otros), y atraeremos a todos, porque si verba
movent, exempla trahunt, (si las palabras mueven,
los ejemplos arrastran). Por el contrario, si no
las observamos, y nos dejamos arrastrar por la
gula, especialmente por el vino, o estamos en la
iglesia mirando de un lado para otro, sobre todo
después de comulgar, >>qué concepto se formarán
los otros de nuestra Sociedad? Ved los
(**Es10.980**))
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