((**Es10.974**)
>>Por lo demás, no tenemos más que animarnos a
trabajar, pues, aunque aumenta el número de
hermanos, si se tiene en cuenta las peticiones que
recibimos para abrir casas, messis quidem est
multa, operarii autem pauci. El admirable
incremento de esta nuestra Sociedad es un
verdadero milagro, si tenemos en cuenta los malos
tiempos que corremos, las grandes convulsiones y
la encarnizada guerra, que se hace a los buenos.
En estos tiempos, en los que todas las Ordenes son
suprimidas por las leyes civiles, y ni siquiera
las monjas pueden vivir tranquilas en sus
claustros, cuando ya no se pueden ver frailes,
nosotros nos reunimos y en las barbas de nuestros
enemigos aumentamos, fundamos casas y hacemos
libremente todo el bien que se puede. Se ve que
aquí está el dedo de Dios, está la protección de
la Virgen.
>>Las leyes ya no toleran a los frailes; pero
nosotros cambiamos de hábito, y, vestidos como los
demás sacerdotes, hacemos lo mismo. >>Que tampoco
toleran la sotana sacerdotal? >>Pues, qué importa?
Vestiremos como los demás y no dejaremos de hacer
el mismo bien; nos dejaremos crecer la barba, si
es necesario, pues esto no nos impedirá hacer el
bien. Tenemos en contra toda la masonería, todos
nos odian, nos persiguen; y a pesar de ello
vivimos en paz, disfrutamos de tranquilidad, y
gozamos de la asistencia de Dios. Tenemos en
contra a muchos periodistas; y, sin embargo,
nuestras casas alcanzan cada día mejor fama ante
el público y continuamente nos llegan más
recomendaciones para admitir muchachos que las que
podemos atender.
>>Quiero terminar esta tarde recomendando la
virtud que comprende todas las otras, quiero decir
la obediencia. Podéis creerme: si hacéis en todo
la voluntad de quien está designado para mandar,
no os equivocaréis pues el Señor asiste e inspira
a quien manda; y el que se empeña en hacer
observaciones ((**It10.1059**)) y
querer cambiar de parecer al superior se equivoca.
Por experiencia sé que, cuantas veces cambié de
pensamiento para seguir el parecer de otro, me
equivoqué. Os puedo decir, además, que en una
Congregación la obediencia lo es todo; si falta la
obediencia, reinará el desorden y marchará a su
ruina.
Recomiendo, también, a todos que guardéis la
regla y no hagáis excepciones, porque, por
desgracia, llegará el tiempo en que será
indispensable hacer estas excepciones y tiemblo
sólo al pensarlo. No quiero decir con esto que
cuando haya una necesidad, no se eche manos de los
medios necesarios para remediarla; pero, si se
hace algo fuera del orden establecido, sea sólo
por necesidad.
(**Es10.974**))
<Anterior: 10. 973><Siguiente: 10. 975>