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Normas privadas para los Directores, que pueden
servir de explicación y complemento de los
Recuerdos confidenciales.
1.° Preocúpense los Superiores de cada casa de
dirigir y formar su propio personal para la
docencia, la asistencia y el servicio.
Especialmente en estos años en que hay penuria de
personas, y el personal que tenemos es casi todo
muy joven.
((**It10.1048**)) 2.°
Traten los Directores con mucha bondad y
condescendencia a sus subordinados, y, por cuanto
les sea posible, no asuman papeles odiosos. Si es
materia disciplinar, ejecútela el prefecto. Si es
algo importante concerniente a un hermano,
comuníquese por escrito al Superior General.
Las noticias para los padres sobre la conducta
de los alumnos, de ordinario délas el Director; si
éste no puede o no conviene por tener que tomar
medidas algo severas, pase al prefecto o a otro
las normas a seguir para desempeñar este oficio.
3.° Acérquense a menudo los Directores a los
más necesitados para animarlos y mejorar su
conducta, y para conocer sus particulares
necesidades y poner remedio.
4.° Ténganse especiales atenciones con los
miembros que han contraído méritos particulares,
así en los viajes como en las distintas
circunstancias de la vida y especialmente en las
enfermedades.
5.° Guárdese en todos los colegios
especialísima consideración con los profesos, sean
clérigos o coadjutores, déseles mucha confianza y
confíenseles, aunque sean menos hábiles que otros,
los asuntos más confidenciales y delicados,
incluso diciéndoselo, o haciendo que se den cuenta
de que se les encarga aquello antes que a otros,
porque son profesos y considerados como verdaderos
hermanos.
6.° Todo Director tenga mucho interés por la
clase de teología, y cuide que se dé con
diligencia y no se omita nunca.
7.° Todo Director procure hablar o escribir con
tiempo al Rector Mayor acerca de los que considera
dignos para recibir las sagradas órdenes. Pero
antes trate de ello con su Capítulo, y envíe su
parecer. Acuérdese de volver a enviar la
delegación con las indicaciones necesarias.
8.° Dése comodidad a los sacerdotes recién
ordenados para estudiar moral.
9.° No dejen nunca los Directores de dar dos
conferencias al mes; en una léanse y explíquense
las Reglas, y en la otra trátese algún tema moral.
Si el Director no puede dar la conferencia, hágase
una lectura espiritual que la supla; pero no se
omita nunca esto.
10.° No se olvide nunca el coloquio mensual
(rendiconto); hágase pausadamente y con esmero. El
Director interrogue especialmente sobre estos dos
puntos: 1) >>Encontráis en vuestro cargo algo que
os causa aversión y que pueda impedir vuestra
vocación? >>Desde el otro coloquio a éste os
parece haber hecho algún progreso espiritual? 2)
>>Os consta de algo que pueda hacerse o impedirse
para alejar la ofensa de Dios, evitar algún
desorden o escándalo? Muchas veces se descubren
cosas, que jamás imaginábamos, y de las que ellos
creían estábamos enterados o que no les dábamos
importancia. Cuando a través de un coloquio se
conoce algo que puede ser fuente de mal, de
desórdenes para un hermano, ((**It10.1049**))
tómese nota, y, cuando llegue el turno del
interesado, hágansele preguntas alusivas, o
pregúntesele abiertamente esto o aquello, según
los casos. Así podremos preservar hasta de
peligros graves y de modo que nadie quede
ofendido, e impedir escándalos sin que nadie se dé
cuenta.
Pero póngase mucha atención en los coloquios para
no tocar cosas de conciencia.
11.° Coloquio mensual y confesión deben ser
cosas totalmente distintas; el coloquio
(**Es10.965**))
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