((**Es10.957**)
a todos los profesos y novicios, y terminaba con
un hermosísimo <> para todos. He aquí
el recuerdo que nos dejó escrito don Joaquín
Berto.
El año pasado por estos días no me encontraba
con vosotros: estaba gravemente enfermo en Varazze
y en peligro de muerte; hoy, gracias a Dios, me
encuentro de nuevo aquí con vosotros. ((**It10.1039**)) Dos
pensamientos acuden a mi mente, a saber, que habrá
que sufrir hambre y enfermedades, es decir, que
habrá carestía y mortandad.
Yo quisiera dar un <> especial para
cada uno, si ello fuese posible; mas, por ahora lo
daré en general. Y empezando por mí: >>qué
aguinaldo le daremos a don Bosco? Que roguéis al
Señor por mí, para que, mientras pienso en salvar
vuestras almas, no olvide la mía.
A los prefectos y viceprefectos; que se sirvan
siempre de su autoridad para lograr el bien
temporal y espiritual de sus subordinados.
A los maestros y jefes de taller; que cuiden de
los más atrasados de su clase o su taller.
A los asistentes, sacerdotes y clérigos; que
sean luz y sirvan de ejemplo con sus actos a todos
los seglares, y no permitan jamás que ningún
seglar los aventaje en piedad.
A los de la Congregación, tanto profesos como
novicios: que observen las reglas de la misma.
A todos, en fin, un ejemplo a imitar, un guía a
tomar, un protector, y éste sea san Luis; a todos,
un amigo a quien honrar, Jesús Sacramentado; una
madre a quien invocar, María Auxiliadora.
Hace algún tiempo dije que, antes de que
terminase el año 1872, uno se habría ido a la
eternidad, y hay ahora alguno que va diciendo:
<<>>Cómo es que todavíano ha muerto.?>>. El porqué
os lo diré otra vez. El Señor quiere esperar, por
si todavía no está en su gracia; y nosotros
debemos rezar para que se prepare bien.
En 1873 don Bosco estaba ausente del Oratorio,
pues había salido para Roma el 29 de diciembre. No
hemos logrado hallar qué pensamiento dejó o envió
para el año nuevo.
En 1874, en esta carta a don Juan Bonetti,
quizá escribió los pensamientos que después
dirigió también a sus hijos del Oratorio:
Muy querido Bonetti:
Para ti: Haz de modo que todos aquéllos con
quienes hables se hagan amigos tuyos.
Para el Prefecto: Acopie tesoros para el tiempo
y para la eternidad.
Para maestros y asistentes: In patientia vestra
possidebitis animas vestras (Con vuestra paciencia
seréis poseedores de vuestras almas).
Para los jóvenes: La comunión frecuente.
Para todos: Exactitud en los propios deberes.
(**Es10.957**))
<Anterior: 10. 956><Siguiente: 10. 958>