((**Es10.953**)
se ve que no mejoró durante las vacaciones, y,
para impedirle que echara a perder a los
compañeros, fue despedido a su casa.
El otro mereció el mismo castigo por no haber
obedecido el mandato de entregar el dinero, apenas
ingresado en el Oratorio. En el primer paseo que
se dio se salió de filas, llevóse consigo a
algunos compañeros, fueron a un bar, no se
presentaron a la hora de comer y no comparecieron
hasta la cena.
Parece mentira que cueste tanto cumplir la
prescripción de depositar el dinero. Cierto joven,
de quien se sabía que lo guardaba, fue preguntado
y lo negó. Se le registró y siguió negándolo. Se
le abrió el baúl y se le encontró el dinero; pues
todavía lo negaba, protestando que sí estaba en el
baúl; pero que no lo llevaba encima. Otros lo
entregaban a personas fuera del Oratorio. Hubo dos
que se concertaron entre sí: uno guardaba el
dinero del otro, de modo que al ser pillados,
pudieran decir que aquel dinero no era suyo. Son
subterfugios que siempre acaban por descubrirse y
que los jóvenes deben evitar sobremanera.
((**It10.1035**))
Pueden ser dos moneditas de cinco céntimos,
parecerá ridículo entregarlas; ciertamente será
muy poco, pero será una gran obediencia. Dígase lo
mismo cuando uno se encuentra una cosa; aunque no
sea más que una plumilla, un botón, entréguelo.
Algunos, por desgracia, comienzan a ejercer el
arte de <> con los libros de los
compañeros 1. íAy del que comienza de esta manera!
Acabará como cierto sujeto de esta casa, que
empezó con los libros y, después, poquito a poco,
llegó a ser un ladrón de siete suelas, hasta que,
pillado con las manos en la masa, fue expulsado
con gran afrenta suya.
El que quiera comprar libros, suscríbase a las
Lecturas Católicas, a la Biblioteca de la
Juventud; para los alumnos de la casa, las
primeras cuestan treinta centavos (moneda de cinco
céntimos); la segunda cuatro liras.
10 de noviembre.-Cuando es menester hay que
gritar íal lobo!...
que no es ser un acusón: íes caridad!
Si desde lo alto de una colina vierais en el
llano, al pie de la misma, a un viajero que avanza
por un camino y que en un recodo le aguarda un
lobo feroz: >>no gritaríais a voz en cuello a
aquel viajero para que esquivase el encuentro?
Lo mismo debéis hacer aquí, queridos amigos
míos, al daros cuenta de que hay lobos, es decir,
compañeros que entablan malas conversaciones o que
quisieran arrastraros al mal. Es un acto de
caridad para vosotros, para el prójimo y también
para ese desventurado, el dar parte a los
superiores.
Sé muy bien que se replica diciendo que eso es
ser un acusón. Pero >>qué diríais de uno que os
advierte que un ladrón intenta entrar en vuestra
casa y que os pongáis en guardia? >>Qué derecho
tendría el ladrón a protestar contra aquél que le
acusa?... Además, si no se da parte a los
superiores, sucede que este lobo, más tarde o más
temprano, se descubre a sí mismo, y entonces ya no
hay medio para librarle del castigo merecido y
someterlo a una sencilla prueba de enmienda...
1 El arte de <>, en el Piamonte,
significa: saber <>, que es lo mismo que
robar, rapiñar... (N. del T.)
(**Es10.953**))
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