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((**Es10.952**) de su ordenación sacerdotal. Muchos antiguos alumnos, que todavía viven, lo recuerdan con emoción. Subía a la pequeña cátedra, <>, como escribía el profesor Alejandro Fabre, y publicaba, en primer lugar, los objetos extraviados que se habían encontrado a lo largo del día: <>Daba después las órdenes eventuales para el día siguiente; a continuación un consejo o una advertencia sacada de algún suceso extraordinario, de una desgracia publicada en el periódico, de un episodio de la vida del santo del día, o del siguiente. Todo ello siempre con la mayor sinceridad y el colorido requerido para la oportuna aplicación a la moral práctica de la vida>>. He aquí las pocas que nos quedan, escritas por el piadosísimo César Chiala, que, después de haber sido durante más de dos lustros director de Correos, ingresó en el Oratorio en 1872, a los treinta y cinco años, y se inscribió en la Pía Sociedad. Como había estudiado ((**It10.1034**)) en su juventud el bachillerato y filosofía, emprendió enseguida el estudio de la teología. En 1873 emitió los votos perpetuos. En 1874 vistió la sotana y recibió las Sagradas Ordenes, que coronó el día 4 de octubre con el sacerdocio. Fue catequista de los aprendices durante dos años, desempeñando además, en el segundo, el cargo de prefecto interno del Oratorio. El 28 de junio de 1876, cargado de méritos, pasó a la vida eterna. 5 de noviembre.-Animar a los nuevos alumnos. Cuando un muchacho ingresa en este colegio queda pasmado al ver a tantos chicos. La alegría de los demás aumenta su tristeza de hallarse solo y no conocer a ninguno. Cuando os encontréis con alguno de éstos, acercaos a él y afablemente preguntadle de dónde viene, qué curso hace, si sabe ir al salón de estudio, al comedor, qué juego le gusta... A veces, basta una de estas amables conversaciones para infundir la alegría en el recién llegado, ganarse un amigo, y en ocasiones parar los pies de quien planeaba volverse a su casa. 7 de noviembre de 1872.-Dos expulsados: uno por su mala conducta y el otro por no haber obedecido la orden de no guardar dinero consigo. Dos muchachos fueron expulsados del colegio: uno, por sus malas conversaciones y el otro, por su indisciplina durante el paseo. El primero ya había obtenido malas calificaciones de conducta el curso pasado; (**Es10.952**))
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