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El mismo lo hacía también así a menudo. Una
vez, después de predicar a los jóvenes de un
oratorio el panegírico de san Luis, empezó a
decir:
-Ahora, mis queridos amigos, iréis a vuestras
casas, y vuestros buenos padres os preguntarán:
-<<>>Qué habéis hecho en el Oratorio?>> Vosotros
contestaréis: -<>. -<<>>Y de qué manera? >>Qué hubo?>>
-<>. -<<>>Y qué os
ha dicho?>>... -<>.
Y continuó grabando ((**It10.1024**)) bien
en su mente el sermón que después muchos
repetirían con gusto a los padres con todos sus
pormenores.
Cuando visitaba normalmente los colegios de
Lanzo, Borgo San Martino, Cherasco y después
Varazze, Alassio y Valsálice, siempre aconsejaba
que se avisase a los padres morosos en el pago de
la pensión, y si a los ocho días no hubieren
contestado, se les volviera a escribir
invitándolos con gracia a que ellos mismos fijaran
la fecha de pago; si esta petición no obtuviere
buen resultado -decía- dénseles diez días más
para pagar el saldo y anticipar la cuota mensual,
bimestral o trimestral, advirtiéndoles que, de no
cumplirlo, se enviaría el alumno a casa. Pero
sugería siempre las excepciones convenientes, por
ejemplo, si se trataba de hijos cuyos padres,
notoriamente acomodados, cumplirían al fin su
deber, o de alumnos enviados o recomendados por
los párrocos.
Quería también que en estas mismas casas se
insistiese a los padres para que proveyesen a los
alumnos de la ropa conveniente; y, si por
desgracias familiares, alguno ya no podía pagar la
pensión, se le aconsejase, al fin del año escolar,
que pidiera el traslado al Oratorio de Valdocco,
acompañando, desde luego, la petición con
certificado del director sobre la conducta y
aplicación del recomendado.
Solía preguntar a los directores:
->>Rezas por tus alumnos? >>Quieres que te
señale un premio que gusta mucho a los alumnos? Di
a veces a un buen jovencito: <<íEstoy satisfecho
de tu conducta, y se lo escribiré a tus padres!>>.
íYa verás el efecto que producen estas palabras en
los corazones bien nacidos! Por la noche procura
ser tú quien hable de ordinario después de las
oraciones.
A la par del anhelo del Santo por animar a
todos a que le manifestasen sus propias
necesidades y deseos, observaba atentamente
(**Es10.943**))
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