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((**Es10.942**) Le decía un día a un asistente: -Si vis amari, esto amabilis, (si quieres ser amado, sé amable). Las primeras impresiones en el corazón de los jóvenes son las de la educación. Por amor de Dios, no se los irrite nunca con castigos y malos tratos, para que no maldigan la sotana. Ya es bastante la aversión que algunos tienen contra el cura. Se encontró en Lanzo con el asistente general del estudio, donde se reunían en silencio doscientos alumnos, y le dijo: -Los ojos abiertos, siempre abiertos. Y aunque el Señor nos ha enviado muchachos excelentes, es bueno que a veces estés en guardia. Mira, pregunta, toma las oportunas precauciones y considera como grave cualquier falta pequeña que pudiera ser causa de graves desórdenes y ofensa de Dios. Vigila especialmente los libros que leen, sin dejar de apreciar a todos y sin desalentar a ninguno; pero no te canses de ((**It10.1023**)) vigilar, de observar, de comprender, de socorrer, de compadecer. Déjate guiar siempre por la razón y no por la pasión. Conversaba una tarde con los maestros de las clases elementales y les decía: -Al empezar el curso haced divertida la clase, dejando de lado las teorías de la aritmética y de la gramática. En aritmética, preguntad haciendo repetir mentalmente alguna operación, propuesta a veces en forma de cuento. En gramática, haced que los alumnos formen oraciones sencillas. Por ejemplo, decidles: -<<íDios!... aplicadle un atributo...>> Os contestarán: <<íEterno!>> -<>. Así les enseñaréis a formar prácticamente oraciones. Seguid después con las oraciones compuestas, y explicad bien qué es el sujeto, qué es el atributo y, paso a paso, lo demás. Vuestros alumnos aprenderán a construir bien los períodos. -Enseñadles, por último, una pequeña redacción, un cuento, una cartita, que tenéis ya en algún libro. Cuando os entreguen sus deberes leedlos todos atentamente y corregidlos; dictad después el texto y haced que lo aprendan de memoria. Al preguntarle cómo había que predicar a los niños para que escucharan con gusto y sacaran provecho, contestaba: -Después de haber expuesto sencilla y claramente el asunto que queréis tratar, terminad siempre con un hecho histórico o un sencillo episodio ilustrativo; interrogadles después sobre lo que habéis expuesto; y, si ninguno toma la palabra, dad vosotros mismos la respuesta adecuada. (**Es10.942**))
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