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para vivir, determinó abandonar el Instituto; pero
pidió a la administración reparación del daño que
sufría, pues no podía encontrar enseguida otra
colocación, y además, era costumbre en todos los
colegios conceder al profesor el estipendio
entero, cuando tenía que dejar la enseñanza por
motivos ajenos a su voluntad. Como quiera que la
administración se negó a ello, recurrió a los
tribunales, aconsejado por el canónigo Caviassi,
Procanciller de la Curia, q.e.p.d. La
administración se dio por ofendida; y puede ser
que uno de los señores que la componen, todos
ellos seglares, haya referido la cuestión al
Arzobispo.
7.° Pero el Arzobispo, al no conocer bien los
hechos y atreverse, sin embargo, a afirmarlos con
perjuicio de persona tan benemérita como don
Bosco, de la diócesis de Turín, logró condenarse a
sí mismo. Y he aquí cómo; los dos sacerdotes
Antonio Tresso y Turletti, una vez terminados los
cursos de latinidad y filosofía con don Bosco,
entraron en el seminario de Turín el uno, y en el
de Giaveno el otro, ambos dependientes del
Arzobispo, y allí cursaron teología que equivale a
decir, dieron prueba de espíritu eclesiástico, por
lo que fueron admitidos a las órdenes. Por
consiguiente, la educación recibida por estos dos
sacerdotes ha de atribuirse al Seminario y no al
Oratorio.
8.° Pero hay más. El teólogo Antonio Tresso,
salido, como se ha expuesto, del Instituto de
Sordomudos, se dedicó dos años a la cura de almas,
como coadjutor en la Parroquia de la Anunciación.
Transcurrido ((**It10.1000**)) este
tiempo, con extrañeza y sorpresa de todo el clero
(no por falta de capacidad y aptitud, sino por su
edad todavía joven) fue nombrado por el mismo
Monseñor Vicario Arzobispal y Foráneo en Lanzo,
una de las más importantes parroquias de la
diócesis. Ahora bien, se podría interpelar a la
conciencia del señor Arzobispo y preguntarle si de
verdad creía que el teólogo Tresso, uno de los
presuntos siete clérigos, había sido mal educado
por don Bosco y carecía del espíritu de humildad y
sumisión particularmente exigido en aquéllos a
quienes se quiere colocar en el candelero, o no.
En el primer caso, >>cómo nombró al teólogo Tresso
su Vicario en la insigne parroquia de Lanzo? En el
segundo, >>cómo se atrevió a afirmar un hecho
inexistente, que por tanto no conocía, con
perjuicio para una Congregación religiosa
floreciente y ante un alto tribunal?
9.° Por último será conveniente recordar aquí
el cargo que ocupan hoy los otros tres sacerdotes
arriba nombrados, ya que hemos hablado del teólogo
Tresso. El reverendo Turletti es coadjutor en la
parroquia de San Simón y San Judas en Turín; el
reverendo Turchi se hala en Roma como profesor en
un colegio protegido por Su Santidad; y don Juan
Bautista Anfossi es profesor de literatura en el
colegio de San José de Turín. Los cuatro
sacerdotes gozan del aprecio del propio Arzobispo,
quien, sin conocerles, les hizo blanco de tan
grave reproche, con la única intención de infamar
a quien los encarriló para hacer el bien, que hoy
hacen.
3
FACULTAD PARA TRASLADAR LA FIESTA
DE MARIA AUXILIADORA
Decreto en favor de la Congregación
Salesiana
El reverendo don Juan Bosco, fundador de la
nombrada Congregación Salesiana, humildemente
pidió a Nuestro Santísimo Señor Pío Papa IX, que
en la iglesia aneja
(**Es10.921**))
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