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((**Es10.920**) 2 MEMORANDUM DEL RVDO. J. B. ANFOSSI <>. Aquí se ve cómo el señor Arzobispo, con la intención de demostrar que don Bosco no tiene capacidad para educar a los clérigos, asegura, guiándose por la relación de una persona digna de fe, que hubo siete clérigos salidos del Oratorio de San Francisco de Sales que dieron pruebas de su soberbia e insubordinación en el Real Instituto de Sordomudos de Turín. Se responde: 1.°, que este hecho, suponiendo que sea verdadero, no prueba la afirmación de Monseñor, puesto que estos clérigos siempre serían siete mientras que don Bosco dio a la Iglesia más de un millar de clérigos. Y un hecho particular no prueba un juicio general. Mal setenciaría quien, porque algunos párrocos se quejaran de ciertos coadjutores, educados en el seminario arzobispal de Turín, concluyera diciendo que en él se da una mala educación a los seminaristas. 2.° Aún admitido el hecho, habría que culpar a los mismos clérigos y no a don Bosco, pues éste no tenía ya sobre ellos ninguna autoridad o influencia. 3.° Pero se niega en absoluto, que en el Real Instituto de Sordomudos haya habido siete clérigos salidos del Oratorio de don Bosco; es más, puede afirmarse que no hubo ni siquiera uno. 4.° Pero sí hubo cuatro sacerdotes, que habían cursado los estudios de latín en el Oratorio y dos de ellos también la filosofía y teología. Estos son los reverendos Juan Bautista Anfossi, Turletti, Turchi y el teólogo José Antonio Tresso. Entonces, serían estos cuatro sacerdotes y no los soñados siete clérigos, quienes dieron pruebas de soberbia e insubordinación. >>Hay algo de verdad? No. Monseñor afirma esto, apoyándose en el testimonio de una persona digna de fe. ((**It10.999**)) 5.° El reverendo Juan Bautista Anfossi presenta documentos, los cuales atestiguan que durante los nueve años que él pasó en este Instituto, portóse de tal modo que mereció alabanzas especiales de la Dirección. El reverendo don Juan Turchi estuvo poco tiempo con los Sordomudos, pues salió al cabo de un año, por no congeniar su carácter con aquella ocupación y por no ver cumplirse la promesa de nombrarle Rector tan deprisa como le había hecho creer la administración. El reverendo Turletti hubo de abandonar a los sordomudos, a los pocos meses, obligado por una enfermedad, que le atacaba de vez en cuando, especialmente por la noche, ocasionada tal vez por la vida demasiado sedentaria. El teólogo José Antonio Tresso salió del Instituto cuando la administración determinó que todos los asalariados debían vivir fuera del Instituto, excepto el Rector, los asistentes y el personal de servicio. 6.° En esta crítica situación sucedió un hecho, que acaso fue el origen de la afirmación arriba mencionada, a saber, que los supuestos siete clérigos hubieran dado prueba de soberbia e insubordinación. Helo aquí. El teólogo Tresso recibió aviso de que se buscase vivienda y pensión fuera del Instituto, cuando mediaba el año escolar. Como el estipendio que se le asignaba (mil liras al año) no le iba a ser suficiente (**Es10.920**))
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