((**Es10.91**)
durante diez minutos sin sufrir. Después de mucho
rezar, escribió a don Bosco, que, en vista de las
muchas curaciones obtenidas del Señor con una
bendición suya, también él se atrevía a
presentarse <>, reclamando una bendición para sus
ojos. Y don Bosco le contestó por medio de otra
persona:
<>.
No sabemos si el pobrecito curó o no, pero
salió de la Sociedad al poco tiempo, quizás sin
haber comprendido las amonestaciones del Padre.
((**It10.90**)) La
segunda condición: que se tuviera plena confianza
en el poder y en la bondad de la Virgen,
atribuyendo a esta fe los socorros
extraordinarios.
Cierto buen sacerdote le recomendaba a otro
sacerdote; y él le prometía oraciones y le
aconsejaba que también rezara, porque <>.
Muy apreciado Sr. Cianetti:
De todo corazón rezaré con mis muchachos, muy
especialmente ante el altar de María Auxiliadora
por el sacerdote que me recomienda. Rece él
también en honor de la Santísima Virgen y del
Santísimo sacramento, cada día, hasta la fiesta de
todos los Santos.
La fe lo hace todo; si no va contra la voluntad
de Dios, seguramente obtendremos la gracia.
Me encuentro metido en un mar de cosas. Ruegue
por mí; Dios nos bendiga a todos y créame suyo,
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
La tercera condición, cuando lo consideraba
posible, era una limosna para las Obras
Salesianas, y, en ciertos casos, también para
otras obras pías y centros de beneficencia.
En este punto, en el que otros tal vez se
hubieran mostrado tímidos por miedo a las
críticas, era maravillosamente franco, al extremo
de que muchas veces proponía la limosna como
condición indispensable, con un tono absoluto. Se
presentaba sin rebozo como representante de la
Omnipotencia Divina, que, siguiendo sus
indicaciones, concedería los favores pedidos.
-Dad lo que podáis, decía; dad la limosna que
os permita vuestra situación económica; Dios ve la
sinceridad, el amor, el sacrificio de vuestros
corazones, y obtendréis lo que pedís.(**Es10.91**))
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